Final de trayecto

Sin afanes polémicos martín

Hoy, en la capital de España, frente al Atlético de Madrid, Reale Ademar cumple un final de trayecto. Parada, reflexión y volver a empezar. La temporada finalizada fue un éxito en lo deportivo, particularmente en el campo internacional, en el que, Reale Ademar, alcanzó altas cotas jamás logradas. Éxito y crédito a un tiempo. Estima y consideración de sus poderes ademarísticos. Todo ello logrado en unas circunstancias económicas realmente extremas, lo que avala la profesionalidad de los jugadores y la sabiduría —deportiva y humana— de quien les llevó, su entrenador Isidoro Martínez. Su currículo ademarista es directamente proporcional al que aporta como jugador y técnico del Ademar: siete años como jugador destacado; diez temporadas como segundo entrenador y las exitosa campaña también realizada en lo deportivo, directa y proporcionalmente positiva para el club, desde que tomó el mando de la nave ademarista, sustituyendo al eficiente y prudente Jordi Ribera.

Isidoro se va dejando una estela de bien hacer, por sus obras le conocemos y juzgamos, y Reale Ademar pierde un entrenador que, dadas las dificultades económicas que atraviesa, va a tener que formar un equipo en el que los jóvenes jugadores, las promesas que tiene, van a ser el núcleo de sus formación.

Momento para la reflexión, para el examen de situaciones vividas.