Orgullo sin prejuicios

Los leoneses de Barcelona celebraron su romería de primavera en el parque San Martín de la Verneda. El día llegaba con manto de nubes, alguna de las cuales rompían en lluvia en esas primeras horas. Parecía que de nuevo el acto más señalado, más cuidado por los del Centro Leonés en Cataluña, volvería a verse castigado por los cielos, como lo fue en los dos años anteriores. Pero el empeño, en esta ocasión, se vio recompensado.

Comienzo de la «Liga de Verano», el XXIX Trofeo de la Regularidad, en Barcelona, donde se alcanzaba su propia decimonovena edición. No fueron todos los que se habían inscrito, pero se contó con muy numerosa participación (destacada la femenina), buena asistencia de público y luche de calidad; mucha de ella, llevada a cabo por nuevos protagonistas.

En la recientemente completada Liga por Equipos mostraron la mejor condición algunas nuevas luchadoras, como Andrea González, Riosol cascos, Ana María Sánchez, María Rubiera, las gemelas García (Edi y Pau)... No fue un espejismo: en el primer corro de lucha individual confirmaron que son garantes de la necesaria consolidación de esa lucha femenina. Se suman a la más que contrastada genialidad de campeonas como Tamara Gómez, Miriam Marcos y Mónica Matía, que comenzaron temporada anotando triunfo. Especial valor el de Mónica, quien hubo de medirse con una gran rival ganada para los aluches desde primeros niveles de judo, Alba López, Valenciana que defiende al pueblo de su «promotor» y amigo David Flecha. Duro el combate entre ambas, adelantándose Alba y remontando Mónica.

No menos intenso y bien peleado el de la final que la mejor leonesa de Palencia acababa ganando a la citada María Rubiera, inscrita por León, pero con una significada raíz en tierra de luche grande que revela su segundo apellido: Hidalgo.

María se situaba en esa primera final suya como lo había hecho también la citada «Pau» García.

Nueve corros tenían en calendario las luchadoras esta temporada. Alguno más ya se confirma. Muchos más merecen.

En la Liga «de invierno» se habían ganado la atención juveniles que no le guardaban más respeto que el debido a los grandes campeones. Muestra de ellos, un menudo que al cinto es halcón con hambre de lucha: Alejandro Franco, de Arcahueja.

Se impuso a sus compañeros Samuel San Juan (2-0), y el campeón nacional de lucha sambo, Ángel Carrizo (dos medias y entera de cadrilada limpia), cayó con honra ante Ibán Sánchez (rompieron cinto), para hacerse finalmente con la cuarta plaza ante Diego Vega «Teje».

La final del peso ligero le daba primer liderato a Ibán Sánchez, tras superar igualada a caída con el campeón de temporada anterior, Víctor Llamazares.

No estaba en el corro el campeón de medios, pero sí un luchador que no sabe sino pelear cada combate como auténtica final de título: Alberto Marquiegui. Y Marqui venció. En el camino quedaron otros de los bravos de ese peso medio: Adrián García (haría tercero), Alberto Novoa, que le luchó grande a Gasi en semifinal y no pudo hacer algo parejo en final.

Clemente Fuertes tampoco estaba en el corro entre los de semipesados: el pasado viernes sufría fractura en un pie.

Aprovechó bien la oportunidad Roberto Rodríguez, que se mostró pletórico: no sufrió nada en contra, y fue tan expeditivo con su primer rival, Francisco Javier de Abajo, como con otro judoka, Francisco Campos. La final se la ganaba el de Riaño a Jesús María «Sansón» Cabero». Y «Caberín», Abel, le ganó la de pesados a su compañero Bahíllo, por la mínima, tras un extenuante enfrentamiento.

Se ganaron su gran corro los leoneses de Barcelona.