Diario de León
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Sin afanes polémicos martín

Reale Ademar —sus jugadores— dieron en Madrid una auténtica lección de pundonor, de dignidad, de profesionalidad, de entusiasmo, de coraje... También de responsabilidad y de jugar en equipo; porque si bien es cierto que Ruesga llevó la batuta goleadora, todos ellos, veteranos y noveles, pusieron su grano de arena, más grande que pequeño, para que el equipo firmara uno de los mejores partidos de la temporada. Quienes física o a través de la pantalla de televisión vieron el encuentro son testigos de ello. Los que se van y los que se quedan los Cabanas, Goñi, Jaime, Carrillo y Piñero, la cantera y el futuro.

Una demostración, en suma, de que querer es poder y que el entusiasmo entrega y afición, más que afición, pasión por el deporte que practican llegan a nivelar la clase, el oficio, la veteranía de un contrario que cuenta, en sus filas, con jugadores de primerísimo nivel, internacionales con mucho oficio.

Muy bien dirigidos desde a banda, fueron a la vez ejemplo y tormento para un adversario que tenía que ganar para quemar las últimas posibilidades de ganar una Liga; también dar a sus aficionados espectáculo y buen juego como despedida de temporada que para ellos sera en su mayoría punto y seguido; para Ademar dudas y cuando menos, un horizonte gris. ¡Toda una lección!.

Juego en equipo... Muy importante, que precisa de un director de orquesta con autoridad y conocimientos, en el que todos confían y al que todos obedecen.

Sobre la cancha no se noto las ausencias de jugadores importantes. El equipo fue un piña, prevaleciendo el conjunto sobre las individualidades. Llevaron siempre la iniciativa en el marcador y los jugadores del Atlético tuvieron que poner, sobre la cancha todo su saber y fortaleza, para llegar a firmar el empate final como mal menor en la despedida de temporada. Ejemplo y futuro. Bajo la acertada batuta del entrenador, Isidoro, que siempre ganó la partida, la estrategia, a su colega y adversario en la cita Talant Dujshebaev.

¿Y ahora que...? Le preguntaba un buen amigo. Querido amigo ahora con la misma ilusión y esperanza de siempre a confiar en los jovenes de la cantera.

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