Jaime deja el Ademar por la Universidad

Jaime González, el central canterano del Reale Ademar es otro que hace las maletas y que se une a una larga lista donde ya figuran Losert, Antonio García, Ferrer, Krivochlykov, Stranovsky y Dipanda y donde seguro habrá bastantes más. Pero en su caso no será para enrolarse en otro equipo sino para volver a los estudios, una faceta donde brilla incluso con más fuerza que en el balonmano gracias a su cabeza privilegiada. Esa que le permitió obtener el título de ingeniero aeronáutico con sólo 21 años de edad. A esa edad, hace un año, tuvo que decidir entre continuar la senda de la aeronáutica o bien emprender la del balonmano profesional. Decidió lo segundo. Sin embargo los graves problemas económicos del Reale Ademar con impagos de nóminas a toda su plantilla y la alarmante pérdida de caché del balonmano español le han hecho ahora replantearse las cosas.

Pero la decisión fue dura. «Me costó mucho, muchísimo», asegura. «Pero me ayudó a tomarla ver como está el tema en estos momentos, con compañeros con muchos años de balonmano que lo están pasando mal porque se les debe mucho dinero. Todo eso hizo que me replanteara las cosas. Al final he tomado esta decisión, plenamente fundamentada, pero me costó tomarla y durante meses le dí muchas vueltas». La decisión la tomó su cabeza no su corazón. «Si fuese por el corazón seguiría en León jugando al balonmano», advierte. «Ya te digo que fue algo muy meditado, y valorando todas las variables, el futuro y donde se quiere ver uno dentro unos cuantos años».

Ahora, su próximo destino volverán a ser las aulas. En concreto las del Instituto Superior de Aeronáutica y del Espacio de Toulouse, una de las principales capitales del continente en lo que a la industria aeronáutica se refiere. «El año que viene cursaré un máster en Toulouse en un instituto superior mundialmente reconocido en el campo de la aeronáutica, con una beca prestigio internacional, otorgada por la Obra Social de la Caixa».

Se trata de un master generalista en mecánica aeroespacial y aviónica. «Son dos años y es muy exigente. Voy a tener que estudiar mucho y al principio recuperar también un poco ciertas deficiencias que tengo ahora», asegura Jaime que cursará sus estudios en inglés.

En su nota oficial de despedida tuvo un emotivo recuerdo para sus inicios en los Maristas y para sus compañeros este año: «Desde que tengo uso de razón, me recuerdo con un balón entre las manos, jugando en el patio de Maristas ante la figura inalterable del Hermano Tomás. Gracias a él empecé a jugar a balonmano; él me enseñó a amar este deporte y a respetar todos los valores que el Ademar representa en León (...) Luego se cumplió mi sueño. Entrar la primera plantilla del Ademar que ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido el placer de vivir».