Diario de León

roland garros la corona se hace esperar

Final en dos actos por la lluvia

El partido entre Nadal y Djokovic se suspende por el agua y se reanudará hoy a mediodía. Ganaba el español por 6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 con el serbio remontando.

Operarios del torneo parisino extienden las lonas sobre la pista para preservarla de la lluvia durante la final Nadal-Djokovic.

Operarios del torneo parisino extienden las lonas sobre la pista para preservarla de la lluvia durante la final Nadal-Djokovic.

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miguel luengo | parís
León

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El ganador de la 111 edición de Roland Garros no se conocerá hasta hoy lunes (13.00) si la lluvia lo permite, tras suspenderse ayer la final cuando el español Rafael Nadal dominaba al serbio Novak Djokovic por 6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 después de tres horas de lucha. Nadal dispuso de una gran oportunidad, pues llegó a dominar por 6-4, 6-3 y 2-0 para acabar ganando su séptimo Roland Garros, y el tercero sin ceder un set (2008 y 2010). Pero al final, aunque con ventaja todavía del español, el marcador reflejaba un curioso doble empate 15-15 en juegos y 97-97 en puntos ganados.

El encuentro, al que asistió la infanta Elena, había comenzado con otro curioso escenario. Habitualmente el equipo de Rafa se sienta siempre a la derecha del palco principal. Esta vez, la jerarquía de Djokovic mandó, y fueron los serbios los que ocuparon ese lugar, desplazando a la izquierda al equipo técnico y familiares de Nadal.

El primer duelo entre los actuales números uno y dos del mundo en la final de París tendrá, pues, dos actos. En el primero de ellos, el juez árbitro del torneo, el sueco Stefan Francsson decretó la segunda y definitiva suspensión después de que Djokovic hubiera enganchado ocho juegos consecutivos, y Nadal ganase su saque con un servicio directo y una buena derecha, en el tercer juego del cuarto parcial.

Francsson le comunicó a Nadal el aplazamiento, y al español no le sentó nada bien, después de haberse recuperarse algo de la reacción de Djokovic. «La pista estaba igual hace una hora y no hemos parado», se le escuchó decir al de Manacor.

Hasta entonces, la desesperación se había recreado en los dos jugadores. Primero en Djokovic, que justo antes de la primera suspensión (6-4 y 5-3) había destrozado su asiento en la pista con un tremendo raquetazo, desquiciado tras perder por quinta vez su servicio.

La acción conllevó una advertencia del juez de silla francés Damien Dubois, y una tremenda pitada por parte del público, hasta ese momento dividido entre los dos jugadores. La rabia e impaciencia inundaba a Djokovic que a cada bola que fallaba se giraba a su banquillo para expresar su enojo, porque no encontraba la fórmula.

Nadal tuvo un comienzo de partido casi perfecto, con 3-0 y una bola de 4-0, pero luego cedió su servicio dos veces. Su mejor virtud fue no desfallecer ante este bajón, y romper de nuevo en el 4-3 para ganar este primer parcial en 58 minutos.

El drama de Djokovic se acentuó en la segunda cuando de nuevo perdió su primer servicio. Su malestar crecía y aunque colocó a Nadal tres globos espectaculares, remontó un 2-0 y se colocó dominando 3-2, no se sentía seguro al servicio. El serbio perdió su saque en el séptimo. De vuelta a la pista tras la lluvia Nadal, más tranquilo y sosegado, le rompía de nuevo para marcar el 6-3, y empezar como en los otros sets, dominando por 2-0.

Pero algo en el interior de Djokovic comenzó a funcionar. Nadal sufría porque la bola se había hinchado por la humedad y no podía golpearla como a él le gusta. «Nole» le rompió el saque tres veces seguidas, ganando seis juegos consecutivos para llevar su primer set al marcador. a lluvia caía, Djokovic se resbalaba dos veces, pero el serbio sacaba fruto de su recuperación mientras la desesperación había cambiado ya de bando. «No puedo levantarla, la bola está hinchada», decía Nadal a su banquillo tras encajar el octavo juego consecutivo. El segundo acto comenzará hoy a las 13:00 hora local.

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