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LA EUROCOPA | grupo a

Súper Mario tumba a Holanda (1-2)

Dos goles del ‘granadino’ castigan el inmovilismo de Van Marwijk. Nadie está clasificado o eliminado aún en este grupo, ya que son posibles triples empates.

Mario Gómez celebra el primero de los dos goles que ayer le endosó a Holanda.

Publicado por
ignacio tylko | varsovia
León

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La ‘Mannschaft’ fue un equipo con mayúsculas y la ‘Oranje’ un grupo inconsistente, condenado quizá por esa lucha de egos que denunció Sneijder y la poca cintura del técnico Van Marwijk, empeñado en jugar con dos pegotes en el eje y sin los dos delanteros del momento en Europa juntos. Cuando lo hizo, ya era tarde. Compactos como bloque, sin fisuras, con la columna vertebral del Bayern de Múnich por bandera y liderados en ataque por un Mario Gómez en estado de gracia que monopoliza sus goles (ayer hizo dos), los alemanes acarician los cuartos.

Solo una carambola de resultados y goles en los choques finales podría dejar a Alemania fuera y a Holanda dentro. Pero aún son posibles triples empates a seis puntos en cabeza, y también a tres puntos en el segundo puesto.

Nada que ver esta Holanda triste, agonizante, con el equipo pujante del Mundial y de la fase de clasificación, donde solo perdió uno de sus diez partidos, ya con todo decidido. Como si la derrota ante Dinamarca hubiera desatado unas hostilidades hasta la fecha escondidas. Relegar al banquillo a futbolistas como Van der Vaart y sobre todo Huntelaar, el mejor goleador de la última Bundesliga, tarde o temprano explota.

No por menos esperado, el triunfo de Portugal ante Dinamarca puso todavía más igualdad y tensión en el ‘grupo de la muerte’. Por eso, el duelo de Járkov tenía tintes de final. Máxima rivalidad, clásica y moderna, pulsos eternos, históricos agravios que siempre salen a relucir. Que si los nazis mataron a los familiares de algún internacional holandés, que si Rijkaard escupió a Rudi Völler, que si Koeman se limpió el culo con una camiseta alemana. Viejas rencillas, duelos decisivos en el recuerdo, como la final del Mundial’74 o las semifinales de la Eurocopa’88, y una nueva revancha, ahora en tierras ucranianas. Demasiado para ser solo la primera fase

Pocas novedades en los onces. Pese a la dura derrota ante los ‘vikingos’ y a las críticas recibidas por inmovilista, Van Marwijk mantuvo a sus pretorianos, con la única excepción de la entrada del central malaguista Mathijsen en lugar de Vlaar, central del Feyenoord que estuvo errante ante los nórdicos. Se empeña en apostar por un doble pivote de brega, con De Jong y Van Bommel, y dos extremos, lo que impide ver juntos a Van Persie y Huntelaar, máximos artilleros de grandes ligas. Una lástima

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En los teutones, Joaquim Löw aplicó la teoría de no cambiar nada cuando funciona. Equipo que gana, once que repite. Aquí son todo finales, no experimentos, pensó. Pero