Diario de León

EUROCOPA

Los vengadores de la Roja (2-0)

Alonso lidera a España para saldar las cuentas pendientes con Francia y sellar el pase a semifinales, donde espera . Portugal.

Xavi Alonso resolvió el partido con un soberbio remate de cabeza y un penalti al final.

Xavi Alonso resolvió el partido con un soberbio remate de cabeza y un penalti al final.

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iván orio | donetsk
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España saldó ayer sus cuentas pendientes con Francia, otra de sus selecciones malditas, y alcanzó las semifinales de la Eurocopa guiada por un extraordinario Xabi Alonso, que, además de impartir un máster en fútbol en el majestuoso Donbass Arena de Donetsk, marcó los dos goles, el segundo tras un penalti a Pedro, que debutó. ‘La Roja’ dio otro vuelco a la historia en Ucrania y se impuso con suficiencia a un equipo galo ultradefensivo en la primera parte.

Los campeones continetales vengaron con su victoria aquella derrota en la final de París de 1984, con el error de Arconada a tiro de Platini, la eliminación en cuartos de la Eurocopa de 2000, con la pena máxima fallada por Raúl, y la afrenta del Mundial de Alemania, donde pagó su juventud e inexperiencia en las citas internacionales. Francia también ha caído ya por tanto en partido oficial ante los campeones, que se las verán con Portugal en la antesala de la final de Kiev.

El poder intimidatorio de ‘La Roja’ quedó demostrado una hora antes del partido, cuando L’Equipe desveló la alineación dispuesta por Laurent Blanc. Ya había dado pistas el seleccionador francés sobre la opción de reforzar el centro del campo para dificultar la circulación de la pelota de los campeones y, aunque la víspera Del Bosque y sus jugadores dijeron no creerse esa posibilidad, lo cierto es que planteó una táctica muy defensiva.

El técnico de España también había jugado al gato y al ratón cuando dijo que tenía dudas para elegir un once. «Hay un debate interno», llegó a afirmar. En realidad tenía las cosas bastante claras. La mejor prueba de ello es que repitió el equipo que debutó en la competición ante Italia, con Cesc Fàbregas como ‘9’ falso, convencido de que los franceses poblarían la zona de creación de ‘La Roja’ para tratar de convertirla en un callejón sin salida. Lo lograron los galos de inicio, con una estrecha y personalizada vigilancia sobre Andrés Iniesta, que no encontraba su sitio en las inmediaiones de la banda izquierda. Del Bosque se dio cuenta enseguida de la situación y ordenó al azulgrana que cayera más al centro para abrir huecos en las líneas enemigas y oxigenar la salida de sus compañeros, necesitados de más apoyos. Lo hizo a la perfección y fue a partir de la decisión del entrenador cuando sus hombres funcionaron como una máquina.

Pero el que impartió una lección magistral de fútbol total fue Xabi Alonso, que había empezado un tanto titubeante en la cita de Polonia y Ucrania y que ahora es insustituible. Escudado por un Busquets sobresalinte, el tolosarra lo hizo todo bien y en el momento adecuado. Sus desplazaientos en largo para ensanchar el campo fueron magistrales, sus combinaciones con Xavi inmejorables y en la faceta oscura, la defensiva, llegó a desesperar a los galos, a los que robó la cartera una y otra vez. Se merecía el guipuzcoano un premio a su esfuerzo y compromiso sin reservas. Y lo obtuvo en el minuto 19, cuando culminó una excelente acción por el costado izquierdo entre Iniesta y Jordi Alba -magnífico el centro del catalán al corazón del área- con un cabezazo certero a la red. Se había conseguido lo más difícil. Además, el madridista obtuvo incluso un regalo extra con el postrero penalti que cerró el marcador.

En la segunda parte Del Bosque retiró a los mismos futbolistas que ante los italianos, Silva y Cesc, para dar entrada a Fernando Torres y hacer debutar a Pedro, que se pegó a la banda izquierda -después también salió Cazorla-. Iniesta, por su parte, se fue a la derecha. Regreso el esquema con delantero puro. Empezaron a verse síntomas de cansancio en ‘La Roja’, agudizados por el calor y por los cambios de Blanc, al que no le quedó más remedio que meter al desterrado Nasri y a Ménez, para buscar más profundidad, y a Giroud, para ganar remate. Los franceses tuvieron más el balón, pero sólo las incursiones y las cabalgadas de Ribéry pusieron en aprietos a los campeones, que a pesar de las críticas al seleccionador caminan firmes en la Eurocopa con el propósito de prolongar una era inolvidable. Esta vez los internacionales sí lo celebraron. El miércoles espera la Portugal de Cristiano. La penúltima estación. Y también en Donetsk que ha dado suerte a España.

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