Baño de deportivismo

Con puntualidad inglesa y permitido por la autoridad, la Deportiva llegó a la plaza del Ayuntamiento tras recorrer las principales vías de la ciudad en el autobús descapotable. Fue de cara al balcón del Consistorio donde de verdad se reunió la afición blanquiazul para recibir a los jugadores como héroes. Cinco mil almas en unos cientos de metros a las que hubo que sumar otras cinco mil más a lo largo del recorrido iniciado por los protagonistas de una nueva gesta deportivista desde el Toralín.

Al final de la calle Ancha los ocupantes del autobús se bajaron del mismo y recorrieron en trayecto de 150 metros que les que daba hasta el Ayuntamiento dando rienda suelta a su felicidad. Hubo firma de autógrafos, besos, abrazos, fotos, cánticos, bengalas, botes de humo azul... Yuri llegó a subir «a caballo» de un fotógrafo, pero también protagonizó la escena más bonita de la tarde, cuando se acercó a un niño que estaba en una silla de ruedas, le dio un beso y le firmó un autógrafo. Además, faltó algo que se echó de menos en el Heliodoro Rodríguez López, quizás porque comenzaron a llover objetos. En la puerta de la Casa Consistorial Claudio fue manteado por sus futbolistas.

Los representantes de la corporación municipal esperaron a los jugadores, técnicos y dirigentes en la puerta del Ayuntamiento, les felicitaron y después, ya en el balcón, llegaron los parlamentos. El alcalde apenas habló. Lo único que hizo fue dar paso a los futbolistas tras pronunciar esa frase que tanto le gusta: «Gracias a vuestro esfuerzo hacéis Ponferrada más grande».

El grito «este equipito es de Segunda» se llevó la palma este año. Era la referencia a una frase pronunciada en su día por Paulino cuando jugaba en el Universidad de Las Palmas de Gran Canarias CF. Quizás varios de los futbolistas que la gritaron no sabían que la hinchada unía al manchego con esa proclama.

No faltó el recuerdo para el vecino leonés ni tampoco el «We are the Champions». Y por supuesto, se cantó el himno de la Deportiva varias veces. Curiosamente, muchos jugadores se lo sabían, algo poco usual en el mundo del fútbol. Pero lo que volvió a triunfar fue la canción de la ciudad: «A Ponferrada me voy». Carlos Ruiz, al que sus compañeros llaman Mascherano por el gran play off que ha realizado como central, fue el encargado de solicitar el cántico. También sorprendió cómo muchos futbolistas sabían de memoria la canción. Aunque el que más disfrutaba de ella era Claudio, que ha llegado a decir varias veces que se emociona cuando la canta la grada. El técnico, como si en un concierto estuviese, levantó las manos y también la cantó orgulloso. El «A Segunda, oé» fue el otro cántico más repetido por los jugadores, que uno a uno hablaron desde el balcón.

José Fernández Nieto no quiso olvidarse de las personas que lo están pasando mal en el terreno laboral. Esta circunstancia impedía a muchos de ellos estar en el estadio durante la temporada, en el play off o viajar a Tenerife para animar en el partido definitivo.