Un grupo unido
Hubo gestos demostrativos de que el grupo está unido. El banquillo, de nuevo con Reina a la cabeza, vivió el choque con gran intensidad. Aplaudieron a rabiar cualquier jugada, recriminaron al portugués Proença y festejaron como una piña todos los goles. El más radiante era quizá Fernando Torres. Quería desquitarse y volvió a ser protagonista.