«No me apetecía empezar una nueva aventura en otro sitio»

Llegó a la Deportiva procedente del Logroñés CF en el verano de 2007 como un lateral prácticamente desconocido y, cinco años después, Pepe Alcaide (Madrid, 1979) ya es una leyenda blanquiazul al que le encaja perfectamente la vieja máxima de ‘buen jugador, mejor persona’. Tras su segundo ascenso con la Ponferradina, logrado el pasado 24 de junio en Tenerife, el club le comunicó que no renovaría su contrato y Pepe se despidió de la afición entre lágrimas.

Apenas una semana después, su cariño por la Deportiva y por Ponferrada le llevó a tomar la siempre complicada decisión de colgar las botas y aceptar un puesto en el cuerpo técnico del equipo berciano. Con su eterna sonrisa de nuevo en la boca, Pepe Alcaide seguirá trabajando para lograr otro hito en la historia deportivista: consolidar al club entre la élite del fútbol español.

—¿Recuerda su llegada a la Deportiva? Fue el primer fichaje tras el descenso y casi nadie le conocía.

—Sí. Era un club que venía de un momento difícil en lo deportivo pero espectacular en lo social. Llegué sin hacer ningún ruido y quizá la gente no esperaba que hubiese estado aquí tanto tiempo.

—Llegó como lateral pero triunfó como central.

—Ya había jugado ahí antes y es la posición con la que me identifico y donde he dado mis mejores momentos, aunque cuando llegué aquí venía de jugar como lateral.

—Con la Deportiva consiguió dos ascensos a Segunda, ¿fueron diferentes?

—Sí, claro, sobre todo a nivel personal porque en el último apenas pude jugar el playoff por una lesión inoportuna que tuve justo antes. Además, en este fueron seis partidos y en el otro solo dos, pero los viví con la misma ilusión y disfrutándolo exactamente igual.

—La pasada temporada fue histórica, con la eliminatoria copera ante el Real Madrid y el ascenso en Tenerife...

—Sin duda. Una temporada como esta en Segunda B es irrepetible, no se puede mejorar. En liga fuimos segundos porque tuvimos delante un equipo que fue quizá el mejor de toda la categoría, pero llegamos al playoff en un estado de forma envidiable y vivimos la última eliminatoria con una tranquilidad increíble.

—Hace poco más de una semana le decíamos adiós y ahora está de vuelta. ¿Qué tal está?

—Muy contento por esta nueva oportunidad y por poder seguir trabajando para la Ponferradina. Estoy encantado de seguir allí porque lo considero mi casa. Desde el primer momento que me lo plantearon me lo tomé muy en serio y ahora estoy muy ilusionado.

—Cuando le comunicaron que no seguía dijo que su intención era jugar al menos un año más. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?

—En un primer momento se te vienen muchas cosas a la cabeza, pero cuando lo piensas más fríamente la verdad es que no me apetecía empezar ninguna aventura en otro sitio y cada vez que pienso en esta nueva etapa me ilusiono muchísimo.

—¿Cómo lleva lo de la retirada?

—Poco a poco vas a asumiendo que no vas a volver a jugar, pero ya te digo, con mucha ilusión por el futuro y muy contento de seguir en Ponferrada.

—¿Sabe ya cuál va a ser su nuevo cometido en el club?

—Lo único seguro es que estaré con el primer equipo, pero hay que determinar la función. Yo estoy a disposición del cuerpo técnico y del club para lo que se me pida. A medida que vaya hablando con Claudio me comentará qué es lo que quiere de mí.

—¿Es de esos jugadores que se sacan el carné de entrenador?

—Ahora sí, sin duda. Hasta ahora no me lo había planteado pero voy a ponerme a ello. Es una oportunidad muy importante, puedo aprender muchas cosas.

—O sea, que puede convertirse en el nuevo Toñín...

—No lo sé, la verdad es que la labor que hizo Toñín fue muy importante y solo de pensar que pueda ser así me pone muy contento. Pero bueno, de momento me considero una persona de club y estoy a su disposición para lo que se me requiera.