Cumbre en Valdebebas
Mourinho y José Ángel Sánchez se reunen en la Ciudad Deportiva para tratar sobre los fichajes del equipo.
Mourinho y José Ángel Sánchez mantienen una charla mientras observan el partidillo.
Donde mejor se habla de fútbol, se toman las decisiones y se te puede iluminar la cabeza es pisando el césped. Lejos de las paredes del despacho del Bernabéu, donde a lo largo de la semana se acumulan horas y horas, provocando que las ideas no fluyan. Esto es lo que hicieron los inseparables Mourinho y José Ángel Sánchez (director ejecutivo del club) para mantener una prolongada reunión en el campo donde estaban disputando un partido el primer equipo y el Castilla.
Juntos departieron sentados durante media hora, en la que el alto cargo de la entidad conversó con el técnico (que también es mánager) sobre las novedades del Culebrón Modric y de casos espinosos como los de Carvalho y Kaká, cuya salida es cada vez más complicada porque uno de sus pretendientes, el PSG, ya se ha gastado el presupuesto en Ibrahimovic y Thiago Silva aunque no se descarta que el Milan haga un intento a lo largo de este verano con el dinero ingresado por las ventas del sueco y el brasileño, que de momento siguen en el club. Mientras no solucione su futuro, el central tiene permiso para no entrenarse con el grupo. Sin ningún fichaje, se habló más de la operación salida. Se dan por buenos los 11 millones conseguidos por Gago y Canales en su venta al Valencia.
Sus gestos, tapándose la boca, transmitían confidencialidad. Sobre el césped estaba el brasileño Fabinho, un ‘2’, la última adquisición para el Castilla, pero que no cierra las puertas a que todavía pueda llegar un lateral derecho.
Mourinho y José Ángel Sánchez hablan a diario por teléfono, aunque el director general no acostumbra a bajar al césped en los entrenamientos pero hizo una excepción. Mantienen una relación estrechísima de trabajo que el técnico ha alabado muy positivamente en varias conferencias de prensa.
Sanción a Modric
Según ‘The Telegraph’, Luka Modric será multado con dos semanas de su salario, unas 80.000 libras, por negarse a entrenar jueves y viernes con el Tottenham y a viajar el sábado con el equipo a Estados Unidos.
Esta sanción, equivalente a unos 100.000 euros, habría sido propuesta por el nuevo técnico de los Spurs André Villas-Boas, que la pasada temporada comenzó entrenando al Chelsea del que fue despedido a mitad de temporada y sustituido por el italiano Roberto Di Matteo, contrariado por la postura del jugador croata.