Atraco olímpico en la piscina

Cinco mil personas, muchas de ellas ajenas a la historia porque no ondeaba su bandera, sincronizaron sus gargantas. «¡Gol, gol, gol!», gritaban. Era tan evidente que la pelota había entrado que nadie podía explicarse la decisión arbitral. El gol en cuestión era de Iván Pérez, el boya de España que nunca caduca, y ocurrió a cuatro segundos del final del partido contra Croacia. El gol en cuestión era el empate, el 8-8 que le daba un punto al conjunto de Rafa Aguilar. El gol en cuestión nunca fue gol porque así lo quiso el esloveno Boris Margeta, testarudo en su decisión por mucho que la repetición le ridiculizara y que uno de sus ayudantes le dijera que el balón entró. España, que presentó un recurso cuyo resultado no se conocerá hasta este miércoles, perdió y se sintió atracada en la piscina.

Sucede en unos Juegos Olímpicos, fundamentales los puntos para definir los cruces, y se reabre el debate de las tecnologías aplicadas al deporte. En waterpolo no se rearbitran este tipo de situaciones controvertidas y el vídeo funciona en casos muy puntuales como puede ser a la hora de imponer sanciones a algún jugador. «Ha sido gol, todo el mundo lo ha visto», lamentó Blai Mallarach. «Los jueces no quieren rectificar y la tecnología está para algo, para ayudar.

«Hay que hacer algo al respecto», razonó Xavi Vallés. «¡Es el siglo XXI!» Y como él piensan todos los españoles. «En otros deportes se aplican los avances. Unos Juegos en el siglo XXI no se pueden permitir estos errores. Todo el mundo y toda España ha visto que era gol. Nos da rabia porque muchos nos estamos jugando quizá la última oportunidad de lograr la medalla olímpica. Nos sentimos robados, un escándalo», denunció Vallés. «Cinco mil personas lo han visto, todos menos uno», apuntó Felipe Perrone. Hervía la sangre de los españoles en la zona mixta, cientos de frases para titular. «Nos han privado del empate, es muy triste», exclamaba Iván Pérez, protagonista directo porque suyo fue el remate. «Te quedas con cara de tonto. No entiendo que lo que diga un señor vaya a misa», afirmó.

La Federación Internacional de Natación (FINA) desestimó finalmente el recurso presentado por la delegación española de waterpolo tras la polémica surgida en la última jugada del duelo. El motivo se reduce a que la FINA no tiene potestad para rearbitrar un partido ni para modificar el resultado de una acta si ésta ya se ha firmado.