londres 2012
España doblega a Australia (82-70)
Gasol y Rudy Fernández acabaron sacando a la Roja del embrollo en el que se metió en la primera mitad.
Australia le tenía preparado a España un pequeño bosque de espinos sobre la cancha. Para atrapar la victoria en el segundo encuentro de los Juegos (82-70) se hacía necesario atravesarlo, aceptando los rasguños, las heridas, los golpes. España se enredó en esa maraña de encontronazos y manos perdidas que regalaban golpes en los alrededores de la canasta rival, y bajo la suya propia estuvo demasiado permisiva. Con esos ingredientes el arranque no dejaba más que dudas sobre un equipo que aparentemente llegaba al Basketball Arena muy avisado de las posibles dificultades de un horario temprano, prevenido si cabe aún más después de la lenta puesta en marcha del partido contra China. Resultado del embrollo: Australia cierra el primer cuarto por delante en el marcador (19-14), sin haber puesto demasiado sobre la mesa.
Pero el partido estaba extraño, con los jugadores españoles fallando tiros y bandejas en una zona de tres metros alrededor del aro. Como si alguna fuerza los repeliera. Incluso un mate de Ibaka terminó casi en fuera de banda después de estrellarse contra el aro. Esa presunta vibración de la canasta contraria puede concretarse en una cifra. España terminó la primera parte con un muy pobre 36,1% de acierto en lanzamientos de campo. Al bosquecillo de espinos también se le puede poner otro número.
Calderón, quizá el único que supo descifrar el embrollo en ese primer tramo, circulaba por la cancha con una tirita en la ceja derecha que protegía dos puntos de sutura que después del partido terminaron siendo cinco. A Rudy Fernández también fue necesario pegarle tres puntadas en la parte trasera de la cabeza, pero lo suyo no tuvo nada que ver con los australianos. El alero perseguía un balón demasiado largo en un contraataque y terminó cayendo sobre los fotógrafos que anidan bajo la canasta. El objetivo de uno de ellos le abrió una herida al jugador español.
En el descanso, el vestuario no fue solo taller de costura para heridos. También el juego de España volvió a su sitio. No se permitieron más concesiones en defensa, que hasta entonces había sido la vía por la que se colaban las esperanzas de Australia.