ciclismo Séptima etapa
Degenkolb, la bala verde
El alemán cosecha su tercera victoria en la ronda imponiéndose con autoridad en el sprint a Viviani y Davis.
El alemán John Degenkolb impuso el monopolio del esprint en la Vuelta a España al adjudicarse en un escenario muy propio, el circuito de velocidad de Alcañiz la tercera etapa en la presente edición, en una jornada de calor extremo que terminó con «Purito» Rodríguez un día más con «la roja» de líder.
El velocista de la Vuelta es Degenkolb, sin duda. No perdona una el alemán de 23 años que hace una temporada resultaba casi anónimo en el HTC del campeón mundial Mark Cavendish. En su vuelo libre ya ha planeado esta temporada nueve veces en la cúspide del podio. En Alcañiz alcanzó el triplete en dura pugna con el italiano Elia Viviani y el australiano Allan Davis.
Desenlace supersónico propiciado por el Sky, en busca de la etapa para su velocista Ben Swift. El pelotón quedó cortado en medio del frenesí, y también por una caída que se produjo a 10 de meta. Los favoritos entraron a 2 segundos del ganador, pero hubo una víctima, el colombiano Rigoberto Uran, que cruzó a 1.09, cayendo de la cuarta a la duodécima plaza de la general.
Otro final pintoresco en la Vuelta, que ofrece finales en plazas de toros, santuario, estaciones de esquí, fortalezas. Tocaba un circuito de velocidad, pero antes el recorrido se convirtió en un infierno por el calor. Los 164,2 kilómetros que separaban Huesca de Alcañiz resultaron una prueba de supervivencia para los corredores. Especialmente inolvidable el paso por Los Monegros, donde casi se derrite más de uno.
Casi se quema «Purito», como siempre muy gráfico. «Ha sido una jornada estresante. En los Monegros, te constipabas del aire acondicionado que salía de los coches», decía. Humor para olvidar el asunto que convulsionó la séptima etapa de la Vuelta. La renuncia de Lance Armstrong a defenderse ante la USADA en su lucha contra las acusaciones de dopaje y la pérdida de sus legendarios laureles en el Tour de Francia.
Nadie quiso mojarse al respecto, «por la falta de información», pero lo mínimo que se comentó en el pelotón es la admiración generalizada por «un supercampeón» que solo participó una vez en la Vuelta, con un cuarto puesto en 1998. «Era impresionante», decía Valverde, «ha dado mucho al ciclismo», apuntaba «Purito».
Hoy se disputará la octava etapa con un recorrido entre Lleida y Andorra.