Moncho pone a León por la nubes
El bombero leonés Víctor Rodríguez logra la plata con España en el campeonato del mundo de paramotor.
Víctor Rodríguez, ‘Moncho’, no necesita alas para volar. Surca los cielos desde hace ocho años. Su hábitat está a miles de metros de altura, junto a las nubes. «De pequeño soñaba con ser piloto de aviones o bombero». A sus 24 años conjuga las dos pasiones. Es afortunado. Tanto que acaba de proclamarse subcampeón del mundo con el equipo nacional de paramotor. Una hazaña que acredita a este joven leonés como una de las promesas de este deporte. «En los dos últimos años he tenido que currar mucho para conseguir una plaza en la selección y acudir al Mundial», relata Moncho, un bombero que exprime sus horas libres para crecer como piloto de parapente y paramotor.
«El entrenamiento lo hago en la zona de la Sobarriba. Allí tengo un campo preparado con todos los elementos para mejorar de cara a las competiciones», explica. Los torneos son muy exigentes. Mientras vuela debe esquivar obstáculos, hacer aterrizajes de precisión, calcular los vientos... «Cuando estás arriba sientes una libertad increíble», celebra.
La medalla de plata en el mundial que acogió la localidad segoviana de Marugán es hasta la fecha su mayor hito, aunque Moncho ya había despuntado antes en el campeonato de España, donde logró una meritoria cuarta plaza.
Pero el subcampeonato del mundo sabe distinto. El equipo nacional exhibió un gran nivel para hacerse con ese segundo puesto —ganó Francia—, por delante de Polonia, Inglaterra y la República Checa. Participaron más de un centenar de pilotos de 19 países.
Moncho, junto al resto de compañeros, completó con buena nota cada una de las tres categorías en liza: navegación, consumo y precisión. Además, la selección española tuvo que sobreponerse al accidente de Alfonso Redondo, actual campeón de Europa de la disciplina, que el primer día de competición se fracturó la vértebra C5 tras caer al suelo segundos después del despegue.
Estos pilotos conviven con el peligro que entraña volar. La adrenalina alimenta su afición. «Puedes tener un vuelo muy tranquilo, a ras del suelo, o alcanzar una altura increíble», apunta Moncho. «Muchos días miro al cielo y pienso en que voy a ir hasta las nubes. Volar en parapente libre te da mucha sintonía con el entorno», declara.
No se marca objetivos a largo plazo. «Solo quiero mejorar para poder ganar más títulos con el equipo nacional», apunta. Luchará por un metal en el Europeo que se celebrará en Estonia. «Antes tengo el campeonato de Cataluña y el de España», aclara.
Ve en su mentor, el leonés Juanjo García Abajo, a su gran maestro. «Él ha sido el que me ha metido en el mundo de la competición. Dejó el equipo nacional este año, pero aún así vino con la selección a Segovia para ayudarnos con los preparativos», agradece.
Y anima a todo el mundo a conocer un deporte que en la provincia practican unas cincuenta personas. «Quien quiera probar puede hacerlo en el Club Vuelo Libre León», indica.