Contador nunca se rinde

Alberto Contador dio un golpetazo encima de la mesa y yo diría que ha sentenciado la Vuelta al conseguir el triunfo y enfundarse el jersey rojo. La etapa de Fuente Dé pasará a los anales de la historia del ciclismo por su espectacularidad. Alberto en esta ocasión en vez de esperar al final para atacar a Purito, tomó la valentía de hacerlo con kilómetros por delante. La estrategia le salió a las mil maravillas.

Fue un ataque como los de antes, de lejos, en una jornada marcada como de transición después del segundo día de descanso, que acabó en Fuente Dé, un puerto de segunda, que no parecía propicio para la batalla.

La entrega y el etapón de Alberto serán recordados durante mucho tiempo, porque se vació por conseguir el título final, que salvo desastre ya lo tiene en su morrala. Ya no necesita la Bola del Mundo. Fue un recital en toda regla. El ciclismo necesitaba una Vuelta como la de la presente edición para rehacerse de los malos tragos.