Cerrar

ciclismo Decimonovena etapa

La raza de Gilbert

El ciclista belga se impone con una gran demostración de fuerza y saber estar. La general no sufre variaciones.

Philippe Gilbert celebra su victoria en la entrada a meta.

Publicado por
CARLOS DE TORRES | segovia
León

Creado:

Actualizado:

El belga Philippe Gilbert (BMC) impuso su raza de clasicómano para firmar un doblete en la decimonovena etapa de la Vuelta disputada entre Peñafiel y La Lastrilla (Segovia), de 183,4 kilómetros, día tranquilo para los favoritos en el que Alberto Contador mantuvo ‘la roja’ en vísperas de la batalla definitiva en la Bola del Mundo.

Un final frenético dentro de una jornada de cicloturismo que acumuló un retraso de más de media hora. Y fue en ese tramo decisivo donde se mostró muy ambicioso Alejandro Valverde, que redujo 17 segundos a Contador y metió 10 a Purito gracias a las bonificaciones: rebañó 6 en el esprint intermedio de Hontoria y 8 en meta. El murciano preparó así «la última guerra», en la que luchará con el catalán exlíder en la Bola del Mundo por el segundo escalón del podio.

Alberto Contador no entró en la refriega que se organizó en la entrada a Segovia, pero tampoco anduvo lejos. No asumió riesgos en un final muy técnico, con curvas y subidas y entró a dos pedaladas de los rivales directos. Ligero retraso para el madrileño, que afronta con buena ventaja la etapa madrileña de montaña. Tiene una renta de 1.35 minutos sobre Valverde y 2.21 sobre Purito. «Nunca se sabe, pero espero no arrepentirme de los segundos que he perdido», dijo el líder.

La llegada tuvo el ambiente que le faltó al resto de la jornada, cuyo recorrido fue aumentado en 5 kilómetros y reducido en algún repecho final, para disgusto del diseñador. El Alcázar de Segovia y el Acueducto fueron testigos del ataque del español Egoitz García (Cofidis), que produjo un corte que favoreció la presencia del esprinter alemán John Degenkolb, que hubiera tenido su quinta victoria en bandeja de no haber sido por el arranque del irlandés Nocolas Roche y la posterior respuesta de los «matadores» expertos en llegadas empinadas.

Allí apareció el corredor belga Philippe Gilbert, lanzado por su compañero Ballan pasada la pancarta de último kilómetro. En progresión de forma, oliendo el cercano Mundial de Valkenburg, el ciclista valón saltó para alcanzar a los corredores que iban por delante y esprintar hasta la meta. Aún tuvo tiempo de recrearse con su segunda victoria en la presente edición y de la temporada. La vuelta de Gilbert, que siempre llama, al menos, dos veces.