motociclismo. gran premio de san marino
La lluvia fuerza la tregua
Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa no salen a rodar en la sesión libre para evitar el resbaladizo asfalto de Misano.
Cielo gris, a ratos tirando a negro. Viento racheado e insistente, temperatura inferior a veinte grados, fresca para mediados de septiembre en la costa adriática. Asfalto frío. Y chubascos intermitentes, que, combinados con las rachas de viento, iban cambiando constantemente las condiciones de la pista. De mojada a mixta, luego casi seca, luego mojada otra vez. Un día desapacible para correr en moto y, sobre todo, inútil para sacar consecuencias de cara a la puesta a punto de las máquinas
De tan poco servía salir a rodar, que solo trece pilotos de MotoGP marcaron un tiempo válido para clasificación, y Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa, los dos pilotos que disputan el título, ni siquiera salieron de sus boxes. «No servía de nada rodar, porque la pista no estaba del todo seca ni tampoco completamente mojada, así que hemos preferido no correr riesgos», explicó el líder, Jorge Lorenzo, que vivió uno de los viernes más relajados de su dilatada carrera deportiva: «No recuerdo un día de gran premio en que ni siquiera me subiera a la moto. Otras veces hemos saltado un entrenamiento, pero dos el mismo día nunca». «Habría sido absurdo exponerse a una caída que nos podría complicar el campeonato, y también quisimos salvar motor, que no vamos sobrados», añadió el balear, que durante la segunda sesión estuvo acompañado en el box por los campeones del mundo en los años 60 y 70 Giacomo Agostini y Phil Read, ambos leyendas de Yamaha, y estuvo charlando animadamente con ellos mientras algunos de sus colegas se jugaban el tipo sobre el resbaladizo asfalto de Misano