Almagro acerca una nueva final
El murciano gana en cinco sets a Isner en una jornada en la que Ferrer también vence a Querrey y en la que ambos ponen la eliminatoria 2-0 para España .
David Ferrer y Nicolás Almagro saldaron sus partidos con victoria ante San Querrey y John Isner, respectivamente, para liquidar la primera jornada contra Estados Unidos en Gijón con un claro 2-0 y colocar a España a un solo punto de su novena final de la Copa Davis.
En el primer partido del día, Ferrer venció a Sam Querrey por 4-6, 6-2, 6-2 y 6-4 y adelantó a España 1-0 en la semifinal de la Copa Davis que se disputa en Gijón. El número uno español, reciente semifinalista en el Abierto de EE.UU., necesitó dos horas y 58 minutos en una mañana algo ventosa, para lograr la primera victoria de esta eliminatoria, y la segunda sobre Querrey, 26 del mundo, y segunda raqueta en el equipo que capitanea Jim Courier. El capitán estadounidense apareció impecablemente trajeado y con corbata, pendiente siempre de las evoluciones de Querrey, que salvó una situación de 4-2 en contra en el primer set y ganó después cuatro juegos consecutivos y se apuntó este primer parcial en 43 minutos. Corretja, con polo de manga corta y pantalón corto, no se inquietó por esta perdida inicial. Sabe el capitán español que su actual número uno es capaz de remontar circunstancias adversas gracias a su coraje y piernas. Y si a eso se suman los ánimos de todo el banquillo, al que se había sumado Juan Carlos Ferrero, que ha anunciado ya su retirada, el objetivo era fácil de conseguir.
En el segundo partido de la jornada, Almagro derrotó a John Isner en un épico encuentro en Gijón por 6-4, 4-6, 6-4, 3-6 y 7-5, y sumó el segundo punto para España ante Estados Unidos, que coloca al equipo de Corretja a una sola victoria de alcanzar, la final de la Copa Davis.
El conjunto estadounidense, el que mayor número de victorias ha conseguido en esta competición con 32, sólo ha remontado una vez en su historia un 2-0 abajo tras la primera jornada. Fue hace 78 años contra Australia, en la final Interzonas que en aquella edición se disputó en la pista central de Wimbledon, y en la que terminó imponiéndose por 3-2.
Para Almagro fue el partido de su vida en la Copa Davis. Frente a Isner el equipo lo necesitaba: su punto era imprescindible para afrontar la eliminatoria con garantías. Y lo consiguió. Eso sí, sufriendo heroicamente.