La defensa del Barça se rompe

Aunque el Barça se las prometía felices de cara al clásico que se disputará el 7 de octubre en el Camp Nou, las lesiones de Piqué y Puyol complican los planes de Tito Vilanova. Y es que el conjunto azulgrana, que soñaba con llegar a 8 puntos de ventaja sobre el Madrid y dejar media Liga casi sentenciada con una victoria ante su máximo rival, tendrá que improvisar su defensa, que en el arranque de la temporada se ha mostrado bastante sólida. Solo tres goles en contra en cuatro partidos de Liga, que unidos a la gran efectividad en el ataque, especialmente de Messi (autor de seis tantos) explican el pleno azulgrana en el campeonato.

De hecho, los apuros que padeció en defensa el Barcelona ante el Spartak de Moscú ejemplifican las dificultades que se podría encontrar ante su enemigo más acérrimo. Tras caer lesionado Piqué en el minuto 11 (tiene para tres semanas por un esguince en el tercio medio del pie izquierdo y Puyol deberá estar en la enfermería un mes), Vilanova optó por colocar a Song en tareas de retaguardia, junto al argentino Mascherano.

Es decir, una zaga de circunstancias formada por dos jugadores que están más habituados a actuar en el centro del campo. El ‘Jefecito’ ya se ha hecho al puesto de central, pero las prestaciones del camerunés en defensa aún no están acreditadas. Tito tenía la posibilidad de dar entrada a Bartra, central natural de la cantera, pero prefirió al africano, que falló en el gol del empate a uno de los rusos y en general no se mostró muy resolutivo en su bautismo como defensa.

En estos casos, Guardiola solía colocar a Busquets como improvisado central, aunque su rendimiento generaba dudas y, por lo visto ante el Spartak, Tito prefiere no mover al catalán de su posición de pivote. Otra opción que le queda a Tito es jugar con tres atrás, ante Granada, Sevilla y Benfica, como solía hacer Guardiola, aunque hasta la fecha el técnico solo lo ha hecho una vez, frente al Spartak, y cuando el partido necesitaba un revulsivo.