Ganar perdiendo

Sin afanes polémicos martín

La Cultural falló en su desplazamiento a Segovia. Cierto que la Segoviana tiene un buen equipo, pero se esperaba más de los culturalistas. Con todo el equipo sigue figurando entre los cuatro primeros. Es obvio que Cembranos tiene trabajo, mucho trabajo, que hacer para que el equipo marche con mejor viento en la competición.

Por contra, aunque parezca un contrasentido, que no lo es, el Ademar ganó la estima de los aficionados que aplaudieron a los jugadores al finalizar el partido de Liga de Campeones, en el Palacio frente a los alemanes del Hamburgo. La lucha, la entrega, el no volver nunca la cara al adversario luchando hasta el final del partido y perdiendo por margen escaso, caló muy hondo en el equipo ademarista y en el ánimo de la afición.

Una lucha desigual entre jugadores veteranos de calidad contrastada y entre jóvenes jugadores, casi todos ellos sin experiencia en las lides continentales. Superioridad física y superioridad técnica. A ello Ademar respondió plantando cara, luchando con entrega total. Muchos se restregaban los ojos para comprobar que lo que estaba presenciando, era realidad. Derrota mínima. Ademar siempre estuvo en el partido. Incluso alguna decisión, en los últimos minutos, de unos colegiados que habían tenido una buena actuación, tuvo cierto peso en la derrota ademarista. No hay quien pueda dar más con lo que tiene. La mano sabia y firme de Manolo Cadenas más la intensidad que imprime a sus jugadores se hace notar e infunde un halo de confianza entre los seguidores. El jugador del equipo y del partido fue Carlos Ruesga.