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fútbol Un Clásico para marcar territorio

Una final para el Madrid

Los blancos apelan al triunfo que sentenció la pasada Liga en el Camp Nou. La defensa lastra a un Barcelona que puede aventajar en 11 puntos a su gran rival y alcanzar un récord de siete victorias.

Los jugadores del Real Madrid durante el entrenamiento de ayer en Valdebebas bajo la atenta mirada de Mourinho.

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i. tylko | madrid
León

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Hace un mes y medio, incluso después de que el Madrid pinchase ante el Valencia en el Bernabéu y el Barça sometiera a la Real Sociedad en la apertura del campeonato, era inimaginable pensar que un Clásico (19.50 horas, Canal+ Liga y GolT) podría resultar decisivo en la séptima jornada. Pero se presenta como una final para los de Mourinho. Aunque haya vida después del derbi y resten nada menos 93 puntos en litigio, una diferencia de 11 se antoja insalvable.

Lastrado por esas derrotas ante el Getafe y el Sevilla, el campeón se presenta en territorio hostil en estado de máxima necesidad, lo que siempre constituye un arma de doble filo. Enfrente, un Barça que se siente cómodo con un colchón de alta gama fabricado por los batacazos del enemigo y un arranque con pleno de seis triunfos que igualó el mejor comienzo histórico de ilustres del banquillo culé como James Bellamy (1929-30), Johan Cruyff (1990-91), Van Gaal (197-98) y Guardiola (2009-10).

Pero el fútbol suele ser un deporte peleado con los números, las estadísticas y las lógicas. Y en este caso no hay tanta diferencia como dicta la clasificación. Salvo momentos puntuales, el Barça lo ha ganado todo pero no enamora.

Los matices de Tito

Con menos ruido y un discurso más llano que el del cultivado Guardiola, Tito Vilanova ejerce un trabajo continuista pero con algún matiz. En algunos momentos, su Barça elabora menos que el de Pep y no se escandaliza si tiene que buscar algún balón en largo para evitar riesgos defensivos y generar dudas en unos rivales que ya conocen el método. Quizá aprendió de esos errores que le dieron la Supercopa al Madrid. Lo de tocar está muy bien, pero da vértigo ver a Valdés regateando.

Las grandes incertidumbres de este ‘Barça triomfant’ se escenifican en una zaga cogida con alfileres. El club arrastra un déficit de centrales desde hace años y se empeña en no corregirlo. Song y Mascherano pueden funcionar pero no convencen. Piqué está dispuesto a infiltrarse en el pie, pero correr riesgos a estas alturas del curso es temerario.

Progresión blanca

En el Madrid llegó la calma a través de los resultados. Tras ese pésimo inicio que animó a Mourinho a señalar a los jugadores , la heroica remontada ante el Manchester City marcó un punto de inflexión. Luego llegaron los triunfos ligueros ante el Rayo y el Deportivo y la victoria en feudo del Ajax. En el vestuario hay una tregua por orden de presidencia. Ramos pidió disculpas a sus compañeros por ponerse la camiseta de Özil tras ser abroncado el alemán por el técnico y el tema está zanjado, o más bien aparcado. Habrá rebrotes de la crisis si los resultados no acompañan, porque el núcleo español de jugadores no soporta los métodos del portugués.

Tanto se ha recuperado el Madrid que hasta cuenta de nuevo Kaká. Pero alinearlo en el Camp Nou sería muy osado para ‘Mou’. El dueño de esa posición de enganche era Özil, pero el turco-alemán está en la diana del entrenador por no emplearse a fondo. Y Modric no conoce este tipo de escenarios. Todo ello anima a pensar en el ‘trivote’, nunca empleado por el Madrid de Mourinho en el Camp Nou, y en Essien como lugarteniente de Khedira y Alonso. Tras superar su tristeza coyuntural, Cristiano cogió su fusil. Encadena dos ‘hat tricks’ y lleva seis goles en Liga. Y sabe que el Clásico puede ser su trampolín al Balón de Oro.