Los blanquiazules estuvieron otra vez desdibujados fuera de El Toralín
Hasta la jornada de ayer, la salida a Guadalajara había sido el único borrón en esta andadura de la Deportiva por Segunda División. Ayer, en el estadio de Gran Canaria, volvió a aparecer la peor cara del conjunto de Claudio Barragán, que salió del partido claramente enfadado, más allá de la actuación arbitral de Pérez Pallas.
Como en el Pedro Escartín, los blanquiazules apenas inquietaron la portería rival en el partido de ayer. Aún así, el lanzamiento de Samuel al poste en el último suspiro del partido pudo dar a la Deportiva el premio de un punto, pero con tan escaso bagaje ofensivo es difícil justificar el merecimiento de ese hipotético empate.
Lo que está claro es que la Deportiva debe emplearse al cien por cien en cada partido si quiere sacar algo positivo, y cada vez que no ha sido así —en Guadalajara y en Las Palmas—, ha quedado claro que ningún rival de la categoría va a perdonar a un equipo apático. Aún así, el próximo domingo habrá opción de enmendar el fallo en casa.