tenis. masters 1.000 de parís
Ferrer, nuevo rey de París
El alicantino gana al sorprendente Janowicz para completar el torneo de su vida y conseguir su primer Masters 1.000.
Hay deportes que son tremendamente injustos con algunos de sus deportistas. Un buen ejemplo es el de David Ferrer. Tras una carrera curtida en mil batallas llenas de entrega y de garra, repletas de esfuerzo y calidad, en el historial de David Ferrer no figuraba ningún torneo de la categoría del de París-Bercy. Por ello ayer domingo era su día. Tras una semana prácticamente perfecta, le tocaba completar el torneo de su vida. Era la jornada perfecta para que se hiciese justicia deportiva con un sensacional tenista que desde que se convirtiese en profesional en el año 2000 había perdido tres finales de Masters 1.000. Era su oportunidad. Y David Ferrer no la desaprovechó. Después de una final dura y trabajada, el español se tiraba al suelo emocionado para celebrar su victoria por 6-4 y 6-3 ante el polaco Jerzy Janowicz. «Sin duda este año ha sido el mejor año de mi carrera», confesaba el cuarto cabeza de serie en tierras parisinas, que esta temporada ha ganado más torneos (siete) que Roger Federer y Novak Djokovic.
Desde luego, el polaco no le regaló el título del Masters 1.000 de París-Bercy a Ferrer. El número cinco del mundo se sobrepuso a un tenista diferente. Janowicz tan pronto disparaba una dejada como soltaba un latigazo de derecha. Además, explotaba su saque a la perfección y presionaba extraordinariamente bien desde todos los puntos de la pista. Capaz de sacar a 242 km/h, el polaco no sintió la presión durante la primera manga.
Jugó suelto, arriesgó, conectó tiros ganadores e hizo sufrir al alicantino sobre una de las pistas más rápidas del circuito.
En cambio, el de Jávea apostó por su habitual tenis. Los escasos errores no forzados le dieron seguridad desde la línea de fondo. A partir de esa fortaleza, supo hacerse fuerte con su saque y aprovechó las escasas oportunidades que le ofreció el polaco. Después de que Janowicz tuviese una bola de rotura con 4-4, David Ferrer demostró por qué es el número cinco del mundo y cerró la manga por 6-4.
Janowicz no se desmoronó y siguió luchando. Es más. En el tercer juego consiguió su primera rotura y obligó a Ferrer a jugar a su máximo nivel. Los dos dieron todo y el español volvió a imponerse por 6-3.