«Sueño con el oro europeo»

Su gran estado de forma la ha llevado de nuevo a la Selección después del «palo» que supuso caerse en el último instante de la lista definitiva para los Juegos Olímpicos de Londres. Cristina González, la portera del Cleba León Balonmano demostró en el último partido de liga ante el Castro Urdiales porqué es una de las mejores. Firmó un 60% de efectividad con una veintena de paradas y cuatro penaltis detenidos. Literalmente ahogó el ataque de las cántabras.

«Puede decirse que fue mi mejor partido hasta ahora», admitía ayer esta salmantina que lleva media vida en León. Nada menos que diez temporadas enrolada en un Cleba al que llegó con apenas 19 años. Ahora a sus 29 «tacos» está adquiriendo la madurez como portera.

«Realmente —señala— no sé si estoy en el mejor momento de mi carrera. Lo que si sé es que es que me encuentro muy bien y estoy muy a gusto en el equipo. El grupo es genial y eso se acaba notando en todo, en el estado de ánimo y en mi estado de forma. El equipo confía plenamente en mí y quizá eso influye también».

Y es que junto a las extremos Raquel Caño y Sonia Rodríguez, Cristina González es la más veterana del equipo y su principal referente. Lo apunta incluso su entrenador, Juan Moreno. «El equipo juega más tranquilo sabiendo que cuando hay un fallo en defensa detrás está Cristina para intentar solucionarlo».

Su rendimiento bajo los tres palos le ha llevado a ser una habitual en las convocatorias de la Selección española durante los últimos cuatro años. Con la Roja se colgó la medalla de bronce en el Mundial de Brasil en el 2011 y la plata en el Europeo de Macedonia en 2008.

Estaba entre las convocadas para los Juegos Olímpicos de Londres y en el último descarte el técnico decidió prescindir de ella. «Quedarme fuera de los Juegos fue uno de los peores palos deportivos que me he llevado porque son la meta de cualquier jugadora. Lo tenía en la mano, estaba fija en los últimos cuatro años y al final fue un chasco muy grande saber que no iba a estar allí».

Sus compañeras conquistaron el bronce pero prueba de su honda huella en el equipo la invitaron a Londres a participar de la fiesta que supuso ese metal para el balonmano femenino español.

«Fue un buen detalle sin duda», recuerda. «Estuve todo el verano con ellas y me quedé fuera porque sólo podían ir catorce. Fue un trago amargo que no deseo a nadie. Piensas y te dicen que dentro de cuatro años tendrás otra oportunidad pero eso es mucho tiempo. Primero hay que quedar bien en el Europeo, pasar un preolímpico y también que te respeten las lesiones», señala la guardameta que ya se considera una leonesa de adopción. Sigue pensando que podía haber formado parte del grupo perfectamente. «No me convencieron las explicaciones del seleccionador. Había que dejar fuera a una de las tres porteras y me tocó a mí a pesar de que llevaba siendo convocada los últimos cuatro años. Te dan confianza pero ves que la final las palabras se las lleva el viento», comenta con un cierto tono de amargura.

Pero toca pasar página y mirar hacia delante porque en el horizonte más cercano se encuentra el Europeo de Serbia que se disputará del 4 al 16 del próximo mes de diciembre. Ha vuelto a ser convocada con La Roja y lo hace con una notable dosis de ambición. «¿El reto en el Europeo?, pues quedar campeonas de Europa», afirma convencida. «Se puede soñar con el oro porque el grupo de los últimos logros de la Selección se mantiene, más fuete incluso que otras selecciones que han sufrido cambios y bajas. Esa es una ventaja sobre otras selecciones». Y no se le pasa por la cabeza quedar fuera. «Vamos 16 jugadoras, estaré allí», afirma convencida.