La fábrica de tenistas

«León tiene a los mejores tenistas de la comunidad. Hay un grupo de veinte jugadores que están al mejor nivel de Castilla y León y que ya despuntan en el ranking nacional», afirma Jorge Martínez, el mejor tenista que ha tenido León (llegó a estar entre los mejores de la élite nacional) y que como entrenador comienza a demostrar que varios de sus pupilos ya forman parten de la elite autonómica y nacional. Pero lo que más llama la atención es que los mejores tenistas de Castilla y León, que también han conquistado varios campeonatos a nivel nacional, se preparan en una vieja nave que hace diecinueve años era dedicada a la industria de la ferralla (Hierros Cantábrico), ubicada en la barrida leonesa de La Vega, por detrás de la lo que fue la Azucarera de Santa Elvira, y al lado del túnel ya cerrado que conducía al Palacio de Deportes.

«Es una nave que se encargó de levantar mi padre y que ahora me sirve a mí para fabricar deportistas. Aquí hay tenistas con un futuro esperanzador por delante, siempre que mantengan el actual nivel de trabajo y la cabeza bien amueblada. Hay jugadores de nivel para las categorías en las que compiten, como son los casos de Víctor Recuero, Álvaro Terrón, Karina Simeonava, Diego Freire o Guillermo Ibáñez. Si son constantes en sus trayectorias pueden tener un futuro en este deporte. Ya han conquistado torneos importantes en el panorama nacional, como los logrados en Málaga y Valencia», asegura Jorge Martínez, el encargado de pulir los defectos de los tenistas leoneses e inculcarles la mejor técnica en su juego.

«Como corresponde a toda modalidad deportiva, en primer lugar se requiere una educación y una salud, que se refiere a la formación integral, pero particularmente el tenis tiene la característica de ser de los deportes que más forman el carácter. Trato de preparar a los tenistas leoneses para que compitan al mejor nivel. Es preciso que a parte tengan todos los medios necesarios a su alcance como son las raquetas, redes, pelotas y elementos técnicos para poder trabajar en las mejores condiciones», advierte Martínez.

«La idea también es que los chavales empiecen a conocer lo que es el tenis a nivel profesional. Lo mucho que cuesta llegar a la élite. Trato de inculcarles el valor del trabajo para depurar defectos y llegar en las mejores condiciones a los campeonatos. Se puedan detectar talentos para el desarrollo de las cualidades tenísticas, para así disponer de los mejores representantes que den satisfacciones al deporte del tenis tanto a nivel autonómico como nacional. Algunos de los tenistas senior como Víctor Recuero tienen un estilo muy técnico con movimientos casi perfectos, que destacarían sin dudarlo en países como Alemania, en el que el estilo tenístico es más físico y de menos calidad», señala Jorge Martínez.

El anhelo que busca la antigua nave de ferralla de Jorge Martínez es que pueda haber mayor detección de talentos en el tenis, no solamente visto como un deporte de gente que tiene una mejor solvencia económica, sino que como en otros países, el tenis pueda ser practicado por niños de todos los estratos sociales. Para lograr esto tenemos que llevarlos a las escuelas», indica con rotundidad.

El objetivo que persigue Jorge Martínez es que «los jóvenes talentos destaquen dentro del circuito nacional y regional del tenis, aunque alguno de los deportistas que hay aquí podría ranquearse con la intención de participar en las previas de torneos internacionales. Aquí se juega al tenis como base y después tratamos de desarrollar y descubrir talentos en potencia, que se preparan durante muchas horas al día (en algunas fases del año el trabajo se prolonga durante cinco y seis horas). Tenemos un grupo de jugadores competitivos, que son seleccionados según sus condiciones técnicas, y psicológicas. Trato de imponer el mejor sistema de preparación física y actualizaciones de nuevas técnicas», señala Jorge Martínez.

«Intento dar los mejores programas de entrenamiento, teniendo en cuenta todas las necesidades que requiere un jugador de tenis dependiendo de su edad. Desarrollar a un jugador de tenis es un proceso complejo, donde el aporte de las técnicas que aquí aprenden debe complementarse con la participación y prudencia de los padres, así como la motivación y el compromiso de los propios jugadores», indica Martínez.

Entre los tenistas más aventajados está Víctor Recuero, que ocupa el puesto 90 de España y es el campeon Máster Castilla y León. Como tenista de base estuvo entre los ocho mejores de España cadete y fue campeón provincial infantil y cadete. «Para llegar a ser un gran jugador, es fundamental creer en uno mismo, y estar dispuesto al sacrificio junto con la perseverancia y el disfrute de este deporte», apunta el tenista leonés en un descanso de su entrenamiento, junto a Guillermo Ibáñez, una de los jóvenes para prometedores del tenis leonés. «Me gusta el tenis y trabajo para llegar al mejor nivel. Si no me sale un golpe concreto practico las horas que sean necesarias para mejorar. Me sirve como motivación», mantiene el joven tenista, que también es un buen futbolero.

Luis García Onrubia ocupa el puesto 150 del ranking nacional. Es subcampeón de España universitario. En las categorías de base fue campeón provincial alevín, infantil, cadete y junior.

Álvaro Terrón es el 225 en el ranking nacional y fue campeón Master Castilla y León cadete.

Raúl Rodríguez es el 357 a nivel nacional e integrante de la selección provincial.

Jorge Blanco es el 380. Campeón provincial infantil y semifinalista regional.

Karina Simeonova es la 618 del ranking, campeona provincial e integrante selección Castilla y León

Belén Barcenilla es la mejor del ranking en féminas. Es la 110 de España y 3 veces campeona de Castilla y León.

Guillermo Ibáñez (ranking 1.700, campeón provincial alevín, número 1 de Castilla y León alevín y campeón de diversos torneos nacionales), Diego Freire, Jorge García Onrubia, Héctor García, Elena García, César García, Alberto Gómez, Joaquín Arias, Carmela Calvo, Irene, Álvaro y Mario destacan en sus respectiva categorías.