Al alemán le basta con terminar cuarto
Alonso se quiere aliar con la lluvia para arrebatarle el título a Vettel
El Autódromo Jose Carlos Pace de Sao Paulo volverá a convertirse este fin de semana en juez del Mundial de Fórmula 1, ya que Sebastian Vettel (Red Bull), al que le basta con ser cuarto para coronarse campeón, y Fernando Alonso (Ferrari) protagonizarán la batalla final por el título en el Gran Premio de Brasil.
Tras 19 carreras de un Mundial decantado desde el ecuador a favor de los dos bicampeones de la parrilla, Brasil acoge el desenlace que parece escrito a favor de Vettel, que será campeón si acaba entre los tres primeros; si finaliza quinto, sexto o séptimo y Alonso no gana; o si el español no sube al podio.
Las cuentas de Alonso son muy complicadas, pero el líder de Ferrari no se ha cansado de repetir su mensaje optimista a lo largo de la temporada. El asturiano volverá a tocar la gloria (tras coronarse con Renault en 2005 y 2006) si gana y Vettel termina quinto o más atrás; si acaba segundo y el germano es octavo como mucho; o si concluye tercero y su rival acaba décimo o fuera de los puntos.
Son cuentas improbables, más aún por la evidente inferioridad Ferrari en la segunda parte del campeonato, pero el asturiano se agarra a tres factores que pueden equilibrar la balanza: el clima, los problemas de fiabilidad de Red Bull y las sorpresas que históricamente depara el último Gran Premio del año.
El propio Vettel sabe por experiencia propia la satisfacción que produce ganar el título cuando apenas existen opciones. Ocurrió en el desenlace de hace dos años en Abu Dhabi, de infausto recuerdo para Alonso, que encaraba la carrera como líder y acabó séptimo, dejando el título en manos del germano. Kimi Raikkonen en 2007 o Lewis Hamilton en 2008 también saben lo que es ganar el Mundial 'in extremis'.
Alta probabilidad de lluvia durante la carrera
Ahora, el español aspira a devolverle la jugada a su adversario apoyado en su mayor experiencia y en un aliado inesperado que puede caer del cielo. Los pronósticos indican alta probabilidad de lluvia para el domingo, una circunstancia que equilibraría las fuerzas permitiendo a Alonso lanzarse al ataque.
Sin embargo, durante la sesión de calificación no se esperan precipitaciones, lo que complica mucho las previsiones de los equipos y añade aún más incertidumbre al fin de semana, algo que favorece al ovetense, el piloto que debe voltear la situación. También preocupa en Red Bull la fiabilidad que recientemente le ha causado problemas a Mark Webber, aunque en las últimas seis carreras no ha atacado el monoplaza de Vettel, ganador en cuatro de ellas y siempre subido al podio.
Todos estos condicionantes rodean una carrera que dejará un nuevo tricampeón y que, en el resto de la parrilla, tendrá los alicientes de
la lucha entre Kimi Raikkonen (Lotus) y Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) por la tercera posición del Mundial; la despedida del piloto más laureado de la historia, Michael Schumacher (Mercedes); o la posible última carrera de HRT, que necesita un inversor con urgencia para no abandonar la Fórmula 1.
Tanto la sesión de calificación como la carrera comenzarán a las 17.00 (hora española). Los pilotos darán un total de 71 vueltas a un circuito de 4,309 kilómetros para un total de 305 kilómetros, en un veterano Gran Premio que se celebra desde 1973 y donde el colombiano Juan Pablo Montoya ostenta la vuelta rápida desde hace ocho años (1:11.473).