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PRIMERA DIVISIÓN. EL REGRESO DE VILANOVA

Una goleada para Tito en Reyes (4-0)

El Barcelona pasa por encima del Espanyol en un derbi marcado por el regreso del técnico azulgrana al banquillo.

Los jugadores del Barcelona celebran su segundo gol, obra de Pedro Rodríguez, ante los jugadores del Espanyol Javi López, izquierda, y el argentino Juan Forlín.

Publicado por
Cristian Reino | barcelona
León

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La noche le salió redonda al Barça. Alegría por la victoria, la 17 del curso, y alegría, con mayúsculas, por el regreso de Tito Vilanova al banquillo, 17 días después de someterse a una intervención para extirparle un tumor en la glándula parótida. Aunque aún tiene que afrontar el duro tratamiento de quimio y radioterapia, el periodo de recuperación por la recaída de su enfermedad va viento en popa. Tito solo se ha ausentado en un partido y, por tanto, uno de los triunfos de la jornada de Reyes, el más importante y más emotivo, lo logró el Barça antes de saltar al césped del Camp Nou. El año arrancaba bien en lo personal y también en lo deportivo, porque el derbi solo tuvo un color.

Más bien dos, el azul y el grana del FC Barcelona, que fue una apisonadora, un bloque que bordó el fútbol (4-0).

El Espanyol había anunciado un choque de alto voltaje, de brega, presión y bravura, pero el derbi barcelonés tuvo de todo menos tensión y fue un monólogo azulgrana. Al Barça le bastó con media horapara dejar el encuentro visto para sentencia. El cuadro dirigido entre Tito y Jordi Roura apenas cometió errores y firmó una media hora inicial casi perfecta. Un ‘10’ en intensidad, concentración, efectividad, en ganas de ir a por el contrario y, sobre todo, en el desarrollo del juego combinativo, que convirtió al Espanyol, el mismo que logró un empate hace quince días en el Bernabéu, en un equipo muy desdibujado. En el día de su reaparición, Tito decidió repetir alineación por primera ven en lo que se lleva de campeonato. El de Girona calcó el once de la decimotercera jornada, en la que el Barça goleó al Levante. Como en Valencia, el cuadro azulgrana jugó con el que todo apunta que puede ser su equipo de gala (con permiso de Villa), en el que Iniesta actuó de falso extremo izquierda, permutando la posición con Cesc, que se movía también como falso ariete, cuando Messi bajaba a recibir más atrás. Los dos primeros goles llegaron desde el flanco izquierdo. El primero, en el minuto 9, tras un inicio arrollador de los de Tito. El balón circuló de pie en pie, de un lado a otro, hasta que le llegó a Iniesta, que hizo la jugada de extremo y le sirvió a Xavi, que solo tuvo que empujarla.

Al cuarto de hora, Cesc hizo lo propio desde el carril del 11, centró sobre Messi, el argentino remató y Pedro remachó. Quince minutos y las caras de los jugadores del Espanyol ya eran un poema. Habían sido convocados por su general, Aguirre, para ir a la guerra, y ni siquiera eran capaces de presentarse vivos al campo de batalla. El problema que tenían los ‘pericos’, al margen de encontrarse con un Barça superinspirado que les encerró en su campo durante la primera parte, era que, por ejemplo, Simao y Verdú tenían que recular tanto para tapar a Alba y Alves que cuando robaban apenas tenían aliento para conectar con Sergio García, que naufragaba de isla entre Puyol y Piqué.

El 3-0, después de que Sergio García dispusiera de una clara ocasión, enterró todas las esperanzas blanquiazules. Busquets lanzó un gran pase desde la línea medular y Pedro, a la primera, picó sobre la salida de Casilla. La media hora más aciaga para los espanyolistas se completó con una mala cesión sobre su meta, que dejó solo a Cesc, quien ante la entrada del arquero se dejó caer para forzar el penalti. Messi convirtió la pena máxima y el partido bajó el telón con una hora por delante.

En la segunda mitad, el cuadro del ‘Vasco’ Aguirre sacó algo de orgullo y llevó el choque al juego subterráneo, algo tarde, porque la goleada ya era infranqueable.

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