Diario de León

CICLISMO. DE HÉROE A MAYOR FARSANTE DE LA HISTORIA

«Mi cóctel consistía en EPO, transfusiones y testosterona»

Armstrong confiesa su dopaje y alimenta las sospechas sobre todo el pelotón. «Todos jugábamos igual».

Armstrong, en la entrevista en la que confesó lo que muchos pensaban: su dopaje sistemático.

Armstrong, en la entrevista en la que confesó lo que muchos pensaban: su dopaje sistemático.

Publicado por
A. Ortuño | Madrid
León

Creado:

Actualizado:

«Mi cóctel consistía en EPO, transfusiones y testosterona». Con esa categórica frase Lance Armstrong admitía por vez primera y de forma pública su culpa, la de un deportista manchado por el dopaje. «Todo lo que se dijo de mí en el informe que presentó la USADA (Agencia Antidopaje de Estados Unidos) es correcto, menos que me dopé los años del 2009 y 2010 y eso fue lo que me enfureció», destacó Armstrong durante la entrevista que le realizó la periodista Oprah Winfrey.

Lance confirmó por vez primera su dopaje sistemático. Con un sí rotundo admitió su culpa y confirmó que para ganar los siete Tour también había hecho trampas. Armstrong se mostró tajante en la afirmación de que «es imposible ganar siete Tours sin doparse». Además dijo que «no quiero acusar a nadie. Yo tomé las decisiones y fue mi error. Todo se ha tratado de una gran mentira que resultó bastante perfecta durante mucho tiempo. No sentía que estuviera haciendo trampas, doparme era parte de mi trabajo», precisó. También se refirió al sistema implantado en su equipo. «Era profesional e inteligente, sin riesgos, con precaución, pero nuestro programa de dopaje no fue el más grande, No inventé esa cultura, pero no hice nada por detenerla».

Sin embargo, no quiso dar detalles sobre la trama que le permitió conquistar siete Tour consecutivos ni delatar a los cabecillas ni a sus compañeros. Lo que sí desmiente Armstrong es que él forzase o incitase a otros corredores, al igual que aseguró que dejó de doparse en 2005.

Antaño encumbrado como un mito y ejemplo para la humanidad tras superar un cáncer, ahora es repudiado como el mayor farsante de todos los tiempos en el ciclismo y el deporte en general. Al igual que ocurrió con la exatleta Marion Jones, Armstrong, que entre otros muchos millones deberá devolver los siete que se embolsó por sus triunfos en el Tour, se expone a ser castigado con la cárcel por perjurio, pero ante esa amenaza ahora está dispuesto a colaborar. Lance insistió en que en cuando él corría el dopaje era algo habitual y formaba parte del protocolo de los ciclistas. «Yo no conozco a todos. Otros dirían que hay 200 corredores en un Tour y cinco que no se dopaban, pero ¿para qué? Es imposible ganar siete veces el Tour sin doparse».

tracking