‘Capo’ arrepentido del programa de dopaje más sofisticado
Lance Armstrong nunca dio positivo, pero burló al sistema incluso con transfusiones en la década de los 90, según ha confesado el propio exciclista estadounidense. Ya se conocía que en aquella época los tramposos recurrían a la EPO, las hormonas del crecimiento o la testosterona, entre otras drogas destinadas a mejorar el rendimiento, pero Armstrong se ha encargado de desvelar que, además de utilizar estas sustancias prohibidas, también limpió su sangre, entre 1998 y 2005, a través de lo que la Agencia Antidopaje Estadounidense (Usada) ha calificado como «el programa de dopaje más sofisticado jamás visto en la historia del deporte».
Después de casi 15 años negando las acusaciones y, una vez acorralado y sin posibilidad de ocultar su «gran mentira», Armstrong ha admitido por fin públicamente que se dopó y ha alimentado las sospechas sobre todo el pelotón.
Desde 1995, la última de las cinco ediciones consecutivas que se adjudicó Miguel Induráin, y hasta 2012, prácticamente todos los campeones del Tour o ha sido cazados o se han visto involucrados en casos de dopaje, salvo Carlos Sastre, Cadel Evans y Bradley Wiggins. Por «arrogancia» «Yo no tuve más acceso que los otros. Todos jugábamos igual, y yo me dopaba por el afán de ganar a cualquier precio», ha revelado Armstrong, que no oculta su «arrogancia» y el poder casi absoluto que ejercía en su equipo, el US Postal, con el doctor Michel Ferrari, el llamado ‘médico de la EPO’, también como supuesto actor principal de una trama de dopaje de la que se sospechaba pero nunca pudo ser descubierta hasta la contundente investigación de la Usada. «¿Ferrari? Es complicado hablar de determinadas cosas sin dar nombres. Hay buenas personas y todos hemos cometido errores. Las personas implicadas no son tóxicos ni malos
El «arrepentido» Armstrong dice que «ahora el sistema ha cambiado» y es más difícil escapar de los positivos, «porque los controles se hacen fuera de competición», mientras que durante su etapa de héroe y dominador del ciclismo «no iban a tu casa, sino solo a las carreras». «Por ello no tenía miedo a que me descubrieran».