PRIMER TÍTULO EN LA HISTORIA DE LOS GALESES
Michu guía al Swansea en la conquista de la Capital One
El ariete español Miguel Pérez 'Michu' guió al Swansea City a la conquista de la Capital One al participar en cuatro de los cinco tantos que endosaron al Bradford City (0-5), este domingo, sobre el verde del mítico Wembley de Londres, que coronó al cuadro de Laudrup en la conquista de su primer título y dio por finalizado el sueño de un equipo de la cuarta división inglesa, que deseaba emular la final de la FA Cup conquistada en 1911, único trofeo de sus vitrinas.
Una vez el balón dio sus primeros giros pareció claro que el choque iba a tomar una tónica definitiva. Ambos conjuntos asumieron su papel. Por una parte, los galeses monopolizaron el balón. Intentaron perforar la meta defendida por Duke. Mientras, el cuadro de oeste del Yorkshire se limitó a aguardar atrás, refugiado, sin salir a la presión, acongojado con un escenario que se le venía demasiado grande. No llegaron una sola vez, ni a inquietar la postiza defensa del Swansea, con el centrocampista Ki en el centro de la zaga.
No tardó mucho en llegar el primer tanto. Dyer aprovechó un disparo de Michu. Duke despejó, pero el balón quedó muerto y el inglés tuvo que lanzarse al suelo para llevar el balón a las redes. El gol ralentizó el encuentro, con el Bradford aun más temeroso. Rompió la monotonía Michu. Recibió de Pablo Hernández para ajustarla al palo largo y traducir el aplastante dominio de su equipo en goles.
En la segunda mitad, el festival goleador no tendría fin. Esta vez con Michu de asistente, Dyer colocó el balón cerca de la escuadra para firmar un doblete. El Swansea no tuvo oposición, solo dificultad para encontrar huecos en una defensa que funcionaba por acumulación. Un hueco, tras una magnífica jugada, volvió a encontrar al final el pie del ovetense. Se la cedió a De Guzmán, derribado por Duke, que cometió penalti y fue expulsado. El mismo De Guzmán lo transformaría (4-0) y redondearía con un doblete en la recta final. Entre el cuarto y el quinto gol, el Bradford, sin nada que perder, se asomó de forma estéril al campo contrario.