El chupete se quita con el balón
Los clubes de base leoneses dan un paso al frente en su afán por reforzar la cantera con la formación y educación de jóvenes promesas en el mundo del deporte desde los cuatro años.
Los equipos que conforman la cantera leonesa han dado un nuevo paso al frente en su afán por reforzar la base y mejorar la formación de las futuras promesas. Varios clubes leoneses han creado una escuela de fútbol para niños de cuatro, cinco y seis años que se fundamenta «en una educación deportiva que fija el foco en la transmisión de valores que aparecen muy por encima de los aspectos estrictamente deportivos», expresa Roberto Canuria, uno de los impulsores del fútbol denominado chupetín en el Huracán Z.
«Queremos convertirlos en futbolistas, pero primando el trabajo en equipo y el interés colectivo sobre el individual», explica el representante del club trepalense.
«Los padres de los chavales de la categoría de chupetines que quieran inscribir a sus hijos en esta escuela deberán pagar una cuota por temporada. Habrá entrenadores titulados, competiciones federadas, asistencia a torneos, sesiones de entrenamiento semanales, un programa de educación en valores y visitas de personalidades del deporte, además de la equipación necesaria», indica Roberto Canuria.
«Las instalaciones donde los chavales desarrollarán los entrenamientos serán en los recintos que elija cada club y el que normalmente entrenan sus equipos mayores a lo largo de la semana», señala Canuria.
«Somos conscientes de la importancia que conlleva la práctica del deporte colectivo como juego, tanto para el aprendizaje como para el crecimiento saludable y la formación de los niños a estas edades tan tempranas. Por ello, el Huracán Z y el resto de clubes leoneses (Peña, Cultural, San Lorenzo, Puente Castro, Villaquilambre, La Robla...) pone a disposición de estos niños y niñas un cuadro de entrenadores y educadores altamente cualificados y preparados para transmitir, a través del juego colectivo, los valores tradicionales del deporte, y contribuir de esta forma a su formación y educación como personas y deportistas», remarca.
Algunos clubes, a petición de los propios padres, han adelantado a tres años la edad mínima de entrada en las escuelas de fútbol chupetín, lo que permite a numerosos niños hacer realidad sus sueños de vestir los colores de sus respectivos equipos practicando su deporte favorito, en este caso el fútbol.
«Los chupetines es la categoría donde se empieza la iniciación al fútbol base. Es una etapa, a través de la convivencia en grupo, donde se incide especialmente en la coordinación psicomotriz, utilizando el juego colectivo como motor central en las sesiones de entrenamiento. Se aplicarán, de una forma suave, ejercicios donde las habilidades y destrezas variadas tengan un papel relevante, y la velocidad de movimiento tenga especial atención en el momento de trabajar la iniciación a la técnica individual basada en la familiarización con el balón, a modo de ejercicios óculo pie-balón y óculo mano-balón, sin dejar de lado los juegos de grupos de cooperación y de oposición, y la iniciación a ciertas prácticas físicas para desarrollar algunas capacidades condicionales concretas», expone.
Con este bases descritas por una de las personas que más incidencia ha tenido para que el fútbol de la categoría chupetín sea ya una realidad, se pretende, a través del juego y la convivencia en grupo, desarrollar las habilidades técnicas y tácticas en el ámbito futbolístico, así como transmitir a los niños y niñas valores como el respeto hacia los demás, la tolerancia, el compañerismo, el compromiso, la solidaridad, el esfuerzo, la disciplina, el juego limpio, la competitividad, el afán de superación, o, entre otros, la amistad.
«En estos primeros años de fútbol, lo que prima es que el niño aprenda desde el fútbol. El valor de la deportividad es el principal argumento para que crezcan desde el respeto al rival», afirma Gonzalo, uno de los preparadores del fútbol chupetín en León.
Esta nueva categoría tiene una gran acogida entre los padres y todos los niños que la componen, porque acuden a cada sesión de entrenamiento sin falta. Incluso, algunos entrenadores y educadores manifiestan que son más responsables a estas edades que después cuando compiten en categorías superiores.
«Al no poder competir de un modo oficial, de momento se organizan varios torneos donde los chicos pueden disfrutar y mostrar sus incipientes cualidades. La ilusión, la fe y el afán de superación les lleva a terminar los partidos plenos de alegría y emoción, con independencia del resultado, que a estas edades es lo de menos, aunque claro está los pequeños sufren más si pierden», apunta el entrenador Luis Ángel.
Dentro de la categoría del fútbol chupete, lo que hay que destacar es el gran compromiso y el magnífico trabajo realizado por los entrenadores-educadores, que en muchos casos ejercen de segundos padres para los niños, porque durante las sesiones de los correspondientes entrenamientos se ven obligados a desarrollar otras funciones que nada tienen que ver con lo estrictamente deportivo, excediendo de sus competencias originarias. Los técnicos-educadores ven una posibilidad de ampliar el horizonte de estrellas al preparar a los niños de edades tan tempranas.
«El resultado al final del encuentro no debe importar, porque se está en una etapa de aprendizaje y hay que intentar que los chicos lo comprendan. Nuestro principal objetivo, sin renunciar a cualquier meta deportiva según el rendimiento de cada plantilla y sus jugadores, es formar, ante todo, a personas a través de los valores del deporte y ensañarles a competir de forma sana y con juego limpio», mantiene el entrenador Luis Ángel.
Hace algunas fechas se puso en marcha en León una liguilla para la categoría de niños de menos de seis años y que todavía no pueden competir en las ligas oficiales. Esta liguilla organizada y promovida por el San Lorenzo está constituida por 14 equipos divididos en dos grupos. Tras una liga a ida y vuelta se clasificarán los dos primeros de cada grupo, enfrentándose a partido único en semifinales y final para decidir el campeón.
Las normas de la competición, formada por dos grupos de siete equipos, los dos primeros de cada grupo jugarán las semifinales primeros contra segundos a un partido.
Los ganadores de las semifinales jugarán la final y los perdedores el tercer y cuarto puesto. Será una competición de todos contra todos con partidos de ida y vuelta. La duración de los partidos es de 25 minutos cada parte.
Los árbitros y balones los pondrá el equipo local. Hay que avisar al equipo contrario con cinco días de antelación del lugar y hora del mismo. Cualquier cambio o suspensión, hay que ponerse de acuerdo entre los dos para la disputa del mismo. En los saques de portería el equipo contrario se situará en centro del campo. Reglas para que todos los niños disfruten.