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Madrid, Málaga y Barça esperan rival
Los equipos españoles no quieren oír hablar de un enfrentamiento entre ellos ni de la Juve y el Bayern.
La Liga española vive en una absoluta e indiscutible bicefalia, en la que todo lo que no sea blanco o azulgrana queda lejos del triunfo y en la que el campeón de la pasada temporada sacó 39 puntos de distancia al tercer clasificado. Sin embargo, sus equipos son capaces de rendir en Europa a un nivel más que aceptable y competir en igualdad de condiciones con la mayoría de los clubes más fuertes del continente.
Así, entre los ocho clasificados para los cuartos de la Liga de Campeones se ha colado, además de los todopoderosos Real Madrid y Barcelona, el Málaga, que eliminó al Oporto. Los de Pellegrini son la cenicienta en un mundo de gigantes en el que se encuentran los históricos Bayern y Juventus, los ricos PSG y Galatasaray y el solvente Borussia Dortmund.
En el sorteo que se celebra hoy (12.00 horas, Teledeporte) en la casa del fútbol de Nyon (Suiza), los ogros son madrileños, catalanes, bávaros y turineses. Cualquier cruce entre ellos deparará una nueva final anticipada y abrirá la puerta a alguna sorpresa en el resto de choques. En esta ocasión, el sorteo no tiene ningún tipo de condicionantes, por lo que puede haber un enfrentamiento entre españoles, y no se dejarán ya cerradas las semifinales, como en años anteriores.
El Málaga desea un rival accesible que le permita seguir soñando con la penúltima ronda que su técnico ya alcanzó con el también novato Villarreal en 2006. Mientras, Madrid y Barça viven en la contradicción de no querer verse las caras por el desgaste físico y psicológico que supone cada disputa entre ellos, pero ambos prefieren encontrarse en una eliminatoria a doble partido antes que en la final de Wembley.
Los madrileños han salido reforzados de los duelos locales ante el eterno rival y de los continentales con el Manchester United, pese a la polémica suscitada por las decisiones arbitrales en la vuelta. Los de Tito Vilanova han olvidado las dudas con un golpe de autoridad ante el Milan y vuelven a asustar con su posesión aplastante y la facilidad anotadora de Messi.