Bronce con sabor agridulce

Érika Villaécija quemó ayer la primera de sus cuatro balas para acudir al Mundial de Barcelona. La cepedana, a pesar de su bronce en los 800 metros lisos, vivía una jornada agridulce con una presea que aparte de ampliar su ya excelso palmarés, no le reporta satisfacción complementaria. A menos de un segundo de la mínima exigida por la Federación y con sólo dos billetes en juego que se apropiaron Mireia Belmonte y la gallega Beatriz Gómez la de Cogorderos tendrá que exprimirse en sus otras tres presencias en la pileta del Rías do Sur para poder estar en la cita mundialista.

Y todo en una prueba en la que la leonesa tenía depositadas muchas esperanzas. No en vano Érika ya sabe lo que es colgarse un oro en mundiales, europeos y nacionales. Pero en esta ocasión sus ganas se quedaron en eso en una carrera frenética en la que su mala salida y un ritmo más cercano a los 33 segundos que a los 32 en cada posta le privaron no sólo de pujar por el primer puesto, también por el segundo que se apuntaba una sorprendente nadadora de 19 años y que competía en casa, Beatriz Gómez.

La puesta en escena volvió a mostrar a una Érika que, debido a su condición de fondista y no de experta en pruebas cortas, se dejaba casi medio segundo con el mejor crono que a los 50 metros marcaba la balear Melanie Costa. Tras ella Gómez y Mireia que poco antes había lucido su clase en los 200 mariposa. Villaécija transitaba en la sexta posición con una marca de 29.92.

Ritmo insuficiente

Cumplimentados los 200 metros la situación para la nadadora con más títulos de España parecía mejorar. Al menos había superado a dos rivales manteniendo un segundo de desventaja con el trío de cabeza que seguía liderando Costa. La situación no era compleja dado que los pasos auguraban bajar de la mínima al menos para las cuatro primeras. Pero 200 metros más tarde las prestaciones de la cepedana se estancaban bajando hasta el quinto puesto tras ser rebasada por la sabadellense Claudia Dasca.

Por delante Mireia Belmonte ya había ‘cazado’ la cabeza con Gómez y Costa a su estela. Érika, por su parte, se las tenía que ver con Dasca. La situación no iba a variar en las cuatro postas siguientes salvo que Costa empezaba a ceder terreno. Los 200 metros finales fueron frenéticos. Mireira acababa con una marca de 8:24.89 en lo más alto del podio con Gómez como sorpresa en el segundo (8:26.54). Villaécija, por su parte, lograba desembarazarse primero de Dasca y luego dar caza a Costa para colgarse el bronce (8:35.35), insuficiente para ganarse el billete a Barcelona.

Eso sí, aún tiene tres opciones, especialmente en el 1.500, para acudir al que sería su sexto Mundial en piscina de 50 metros.