El francotirador ruso resuelve (25-23)

Un nuevo ejercicio de superación. Y van... El Ademar brindó otro triunfo de rabia ante un Granollers (25-23) que llegaba a León con el papel de favorito por todos los problemas extradeportivos del club leonés y por la continua pérdida de jugadores como el caso del lateral Iosu Goñi esta misma semana. Pero el espíritu Ademar existe, es real y con Manolo Cadenas en el banquillo mucho más.

Ya de salida cuando en la presentación señaló y jaleó al ruso Alexander Tatarintsev parecía presentir que iba a ser el gran protagonista. Y no falló en su predicción. Un gol suyo desde su particular atalaya de casi 2,10 de altura certificaba una victoria sufrida y trabajada como las que aguardan a partir de ahora a este equipo de chavales aderezado con tres veteranos como Malumbres, Carou y Ruesga.

Cuando de salida se vio al Ademar defender con Vrazalic y Tatarintsev y en ocasiones con Piñeiro en el centro quedaba claro que Cadenas tiene que tirar de los pocos recursos que tiene. Pero eso lo pagó el equipo leonés yendo a remolque casi todo el primer tiempo, desquiciado también —es justo reconocerlo— por una pareja arbitral confusa.

Con Carlos Ruesga sin la chispa habitual las opciones de ataque pasan por Tatarintsev que responde y por un inspirado Juan Castro en acciones individuales de calidad. El espíritu Ademar está ahí y en el minuto 18 los de Cadenas fuerzan el empate 8-8. La defensa aguanta a un equipo que tiene problemas en ataque por la sencilla razón de que le faltan armas y se llega al descanso cayendo sólo de un gol: 11-12.

En la reanudación una vuelta de tuerca a la defensa y un Asanin inspirado permiten un parcial de 5-1 que pone al Ademar por delante. Un arreón del rival fuerza un nuevo empate y siguen muchos minutos de igualdad hasta que en la recta final surge un decidido Tatarintsev para sellar una victoria que mantiene al Ademar en la tercera plaza.