Pollán se despide, emocionado, y cede el testigo a la junta gestora

Visiblemente emocionado, Carlos Pollán dio ayer una rueda de prensa para despedirse del Ademar después de casi cuatro años en los que —como él dijo— ha vivido «momentos muy duros», sobre todo en las últimas dos temporadas, cuando ha estado en la picota por la situación económica del club.

El presidente saliente —toda la junta directiva oficializó su dimisión el lunes— quiso agradecer a «todas las personas» que, durante su etapa al frente de la entidad, le han «ayudado para que esto siga adelante».

Hizo una mención especial para su mujer e hijos por el apoyo durante el último año y medio y significó el esfuerzo de su junta directiva, también «para los que se han ido antes», pero sobre todo «para los que han aguantado hasta el final», señaló. Aludió a los esponsors y patrocinadores, además de a los jugadores y cuerpo técnico, de los que destacó su «extraordinaria profesionalidad».

Reconoció errores, pero —afirmó— que «nadie dude del trabajo y dedicación» de los rectores del club. Explicó que él deja el Ademar ahora, y no antes, porque su objetivo era dejar encauzado el concurso de acreedores, aunque —tal como apuntó— «se ha visto que era más un impedimento que una ayuda». La dimisión también responde, como señaló, a que siete socios de la entidad marista han dado el paso para formar parte de esa Junta gestora, con Jesús López a la cabeza.

Pollán está «convencido de que este club tiene futuro» y reiteró que el Ademar «será los que los leoneses y sus empresas quieran que sea».

Ve al equipo en la Asobal la próxima temporada. El ya ex presidente terminó la rueda de prensa muy emocionado y tuvo que contener las lágrimas. Tres directivos lo acompañaron en la despedida.