El clavo ardiendo del Racing
Al conjunto cántabro sólo le vale ganar en El Toralín para seguir aspirando a mantener la categoría, aunque una victoria del Mirandés supondría el descenso.
En sus declaraciones previas al partido de esta tarde, el técnico del Racing de Santander, Alejandro Menéndez, decía sentirse «muy seguro» de que su equipo iba a ser capaz de salvar la categoría por la vía deportiva, aunque los fríos números digan que los cántabros están con un pie en Segunda B.
Menéndez confía en que el Racing sume los seis puntos que quedan en juego y que el Mirandés no sea capaz de ganar ninguno de los dos partidos que restan, única opción que le queda al conjuto santanderino para continuar el año que viene en la Liga Adelante, ya que los burgaleses les aventajan en cuatro puntos.
Los males del Racing, como recordaba su propio técnico, vienen de una primera vuelta más que irregular. En las primeras doce jornadas de la competición los cántabros sólo sumaron tres victorias, una racha que se vio rematada con seis derrotas consecutivas que llevaron al equipo a la zona baja de la clasificación.
En la segunda mitad de la liga, los resultados, aunque no excesivamente buenos, daban pie a confiar en que el Racing podría al menos salvar la categoría de forma más o menos cómoda, una vez desechado el objetivo inicial del retorno a Primera División. Sin embargo, otra racha de cuatro derrotas seguidas entre las jornadas 34 y 37 sumió al equipo cántabro en los puestos de descenso que ahora tiene muy complicado abandonar.
En las últimas jornadas los resultados han mejorado para los racinguistas, que ganaron de forma consecutiva a Castilla y Sabadell, pero el empate de la semana pasada en Guadalajara los ha dejado al borde del abismo.
En cualquier caso, el Racing tiene jugadores capaces de conseguir la victoria en cualquier campo, aunque a estas alturas quizás ya no sea suficiente para un equipo que no hace mucho disfrutaba de las mieles europeas.
Para el partido de hoy, trascendental para los racinguistas, Menéndez recupera a Andreu, que forma parte de los dieciocho convocados que viajaron ayer a Ponferrada. Finalmente, Koné también está entre los seleccionados, a pesar de tener algunos problemas físicos debidos a una pubalgia, por lo que la única baja en el conjunto cántabro es la de Herrero, que continúa recuperándose de la operación de rodilla a la que fue sometido a finales del año pasado.