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fórmula 1. gran premio de canadá

Alonso pasa al ataque

E. l piloto asturiano finaliza segundo en Montreal tras recuperar cuatro puestos en una carrera en la que Vettel domina de principio a fin y aumenta su renta al frente del Mundial.

Alonso mostró su clase para sacar el máximo rendimiento al Ferrari y remontar de la sexta a la segunda plaza. El último en ser cazado por el asturiano fue Hamilton.

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David Sánchez | Montreal
León

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Vettel tenía entre ceja y ceja subir a lo más alto del podio en Canadá. Y vaya si lo hizo. El alemán logró una victoria que bien recordaba a su temporada 2011: sin luchar con nadie, con algo de fortuna y, por supuesto, usando la búsqueda de la vuelta rápida como un acicate para mantener la concentración de una prueba que se antojó un poco más aburrida de lo habitual. No en vano, acabaron doblados todos desde el sexto hasta atrás. Ya son 36 los puntos que tiene Vettel de ventaja sobre el segundo clasificado del Mundial y de esta carrera, Fernando Alonso.

Nuevamente, fue el asturiano, entre otros, el que puso picante a esta prueba. Alonso salía sexto y ya pedía una carrera sin agua, en la que poder demostrar el potencial del Ferrari. El objetivo del podio era lo mínimo que se podía esperar de él y, en esa suerte de alternancia que parece seguir el español esta temporada, tocó una buena carrera. Tras quitarse a Bottas, Alonso comenzó una incesante persecución hacia Webber. Su buen amigo resultó más correoso de lo esperado y, cual hormiga, le fue comiendo tiempo poco a poco. En la vorágine de la lucha contra el crono que llevaban los dos, el primero en caer fue Rosberg, al que le costó demasiado una estrategia a contrapelo con respecto al resto: todos pusieron de segundo compuesto en pista el neumático medio y él eligió el superblando, un error que le costó mantenerse en la lucha. Mientras tanto, Webber, Alonso y Vettel luchaban en el crono por llevarse la vuelta rápida de carrera. El segundo piloto de Red Bull tampoco tuvo suerte en este caso: Van der Garde cometió un error de novato y, cuando estaba siendo doblado por el australiano, le cerró, provocando un choque que le costaría una sanción al holandés y que un trozo del alerón delantero del australiano saliera despedido.

Entre eso y que el ritmo de Alonso estaba siendo demasiado voraz como para aguantar, Webber acabó cediendo el tercer puesto. Eso sí, Alonso no se conformó con eso.

Lo bien que se conocen Hamilton y Alonso supone una garantía de espectáculo si se encuentran en pista. Y así fue. En torno a la vuelta 50, con 20 por disputarse, eran más de diez segundos los que separaban al de Mercedes del de Ferrari. Apenas trece giros después, Hamilton ya tenía una mancha roja en su retrovisor. Adrian Sutil se convirtió en un inesperado aliado para Alonso. Hamilton se encontró con su ex amigo doblado y el de Force India, en lugar de apartarse, tardó más de media vuelta en dejar paso a los hombres que peleaban por el segundo puesto. Este incidente benefició a Alonso, si bien no supuso una diferencia radical. El ritmo del español era muy superior al que estaba teniendo Hamilton. Alonso le probó en la primera zona de DRS, pero Hamilton resistió. Lo volvió a intentar en la siguiente zona, en la recta de meta, y esta vez no hubo dudas. Al límite, el español se colocaba segundo a falta de siete giros para el final. Posioción que mantuvo ya que Vettel se encontraba demasiado lejos.