Un plantel joven y hambriento de éxito con Neymar como líder

Brasil acude a la Copa Confederaciones con una sed acuciante de resultados, la presión máxima de ser anfitrión y una estrella rutilante, Neymar, que tiene el peso de liderar una selección joven y en proceso de formación. El flamante fichaje del Barcelona es la gran esperanza de Brasil tanto en este campeonato como en el Mundial que tendrá lugar dentro de doce meses.

No en vano, Neymar es un jugador de talento refinado, versátil, decisivo y con una gran capacidad goleadora. A pesar de las estadísticas, todavía no ha brillado con la selección y le pesa en la memoria el recuerdo amargo de la pobre imagen que dio Brasil en la Copa América de 2011.

El seleccionador Luiz Felipe Scolari, le ha reservado un lugar privilegiado en su equipo, le concedió total libertad de movimientos y ha puesto el resto de sus compañeros a su servicio. Neymar tendrá a su lado a un media punta habilidoso como Óscar y a dos delanteros de peso y con más rodaje, como Fred y Hulk. Scolari, que pretende jugar con un dibujo 4-3-3, se guarda dos balas en la recámara, Lucas Moura y Bernard. Con este temible sector ofensivo, el único objetivo de Brasil es recuperar la senda del triunfo, ofrecer un juego vistoso a su afición y ser campeón de nuevo de la Copa Confederaciones.