Lidia Valentín, oro de ley

Lidia Valentín ya es de oro. Y por partida doble. La berciana, que en sus presencias internacionales se había colgado platas y bronces, conseguía ayer su objetivo de subirse a lo más alto del podio. Y lo hizo como ella sabe, aplicando calidad a su participación en la categoría de 75 kilos de los Juegos Mediterráneos a los que llegaba avalada por el reciente subcampeonato de Europa.

Con dos rivales de altura como la egipcia Abeer Khail y la turca Figen Kaya, que además competía con el apoyo de la grada, Lidia saltaba al tapiz del Erdemli Sports Hall de Mersi dispuesta a mejorar la cosecha de hace ocho años en Almería donde se colgaba la medalla de plata tanto en arrancada como el total olímpico. Con 122 kilos de plusmarca en arrancada, en el primer intento la berciana podía con los 112 kilos, dos más que Khail y nada menos que 27 de ventaja respecto a Kaya y la italiana Brunelli.

A buenos comienzos mejores finales y esa premisa la fue cumpliendo Lidia que en los dos restantes intentos, ambos válidos, contabilizaba 115 y 120 kilos, marca que sólo pudo igualar la egipcia Khail aunque por masa corporal la de Camponaraya se llevaba el primer pulso. Y con ello la presea dorada.

Pero para completar el pastel restaba la modalidad de dos tiempos. Era necesario no perder de vista a su más directa rival y la berciana, con experiencia en torneos de primer nivel internacional, no se apartaba del guión. No cometer ningún nulo significaba hacerse con la victoria y el título en total olímpico. Aún así no lo tuvo fácil ya que la egipcia se atrevía en el primer intento con 141 kilos, uno más que los que elegía Lidia. En el segundo intento la leonesa se iba a los 140, cinco menos que su actual plusmarca personal y récord de España. El resultado, positivo, aunque Khail se atrevía con los 141 que también saldaba con acierto. Todo quedaba para el tercer y último intento con el oro y el título en los Juegos Mediterráneos en liza.

Lidia cumplía con los 145. No era preciso arriesgar más de lo necesario si no quería que todo el trabajo realizado hasta ahora fuera en balde. Faltaba el turno de Khail. La egipcia prefería los 146 para ganar pero su exceso de ambición le costó caro, reportando a Lidia un merecido oro que a nivel internacional llevaba buscando hace unos años. Un oro de ley para la berciana.