Profetas en su tierra

Si el Club Ritmo hiciese atletismo sería Usain Bolt. El jamaicano no tiene rivales en la velocidad y en los cien metros su reinado roza la tiranía más absoluta. Gana con tanto margen que es capaz de entrar en meta sonriendo o saludando a la grada. A lo torero. Cuando toca hablar de gimnasia rítmica el dominio que ejerce el Club Ritmo invita a pensar en un evidente paralelismo y ayer se volvió a poner de manifiesto en la jornada de clausura de la primera edición del Memorial Internacional Ángel Fernández Córdoba.

Sobre el tapiz del Palacio de los Deportes, el Club Ritmo que dirige Ruth Fernández volvió a reinar. Copó las tres primeras posiciones del podio final. Como cabía esperar, el oro volvió a brillar sobre el cuello de Carolina Rodríguez que en las cuatros modalidades —aro, pelota, mazas y cinta— sumó un total de 70,92 puntos. La plata fue para otra gimnasta del Ritmo, Sara Llana, que acumuló 60,32 puntos y el bronce se lo llevó su compañera Andrea Pozo, totalizando 56,15.

Esto en lo que respecta a la categoría senior. En la junior el triunfo final fue para otra gimnasta del Club Ritmo, Marsha Ávila Lapikova, que dominó claramente a sus rivales. En pelota la tercera clasificada júnior fue también otra joven representante del Ritmo, Eva Pelayo.

Así las cosas, Ruth Fernández era ayer una persona doblemente satisfecha. En lo deportivo por el nuevo éxito de sus discípulas y en lo emotivo porque el memorial fue el mejor homenaje a la figura de su padre, recientemente desaparecido.

Por eso, para reconocer su labor, Ruth Fernández aseguró que el Memorial va a tener continuidad y su intención, además de adelantar su celebración a los meses de mayo o junio es convertirlo en una cita de referencia con gimnastas de prestigio.