Optimismo para jugar en Segunda B
La Cultural confía en una resolución favorable de la Federación Española.
La ilusión vuelve a sonreir al culturalismo. El gran objetivo de jugar la próxima temporada en Segunda División B ha pasado en unas pocas horas de ser casi una quimera a una realidad que se acaricia con las manos.
El club hizo los deberes el pasado jueves cuando entregó al presidente de la Federación de Castilla y León, Marcelino Maté, un aval bancario con los 400.000 euros que se le exigían para participar en la categoría de bronce la próxima temporada. El aval —perfectamente en regla—fue aceptado por el órgano regional y remitido a la Federación Española de Fútbol que es la que tiene la última palabra y la que debe dar la luz verde definitiva a la aspiración de la Cultural. Nadie quiere manifestar un optimismo excesivo pero en el seno del club se cree que la Española fallará favorablemente. Lo hará a principios de la próxima semana; presumiblemente el martes que viene.
Así las cosas, el futuro de la Cultural se aclara a cada hora que pasa y parece cada vez más esperanzador. Felipe Llamazares, gerente de la entidad leonesa, está confiado en que el club sea incluido entre los ochenta que formarán parte de los grupos de la Segunda B.
A pesar de que la fecha del próximo martes supera el plazo fijado inicialmente, desde la Cultural son optimistas de «poder conseguir el objetivo por el que se ha seguido trabajando», al verse beneficiados por el conflicto generado por el Salamanca Athletic, propiedad de Juan José Hidalgo, que ha demorado la confección de los grupos y los respectivos calendarios en la categoría de bronce.
Llamazares no quiere lanzar las campanas al vuelo ni crear falsas ilusiones que más tarde se esfumen, pero lanza un mensaje ilusionante. «Somos moderadamente optimistas de lograr el ascenso», asegura el gerente del club leonés, que espera poder lograr la categoría en los despachos tras haberlo logrado ya hace unas semanas en los terrenos de juego.
Los requisitos se han cumplido y el aval ya está en manos de la Real Federación Española de Fútbol que, como institución organizadora de la Segunda División B, será la que tenga la última palabra para aceptar o no al club leonés en la categoría de bronce del fútbol español.