En recuerdo a Agustín García ‘Pato’

Obituario | c. d. r.

A veces las redes sociales te dejan helado, petrificado: «Acaban de sacar del río Cinqueta el cadáver de Agustín, ‘Pato’, que se ahogó hace unas horas». Asombro e incredulidad, ¡pero si era uno de los máximos especialistas de España en aguas bravas!, ¡Pero si protagonizó varios programas de ‘Al filo de lo imposible’ de Televisión Española, incluyendo el del descenso del río Bio en Chile!

El accidente, la fatalidad, está en cualquier lugar. Agustín García Díez, el entrañable ‘Pato’, era un veterano piragüista leonés que disfrutaba descendiendo ríos. Como gran experto, como profesional, estaba reconociendo tramos del río junto a otros compañeros con los que había organizado un descenso para aficionados, actividad en la que llevaba mucho tiempo. Apenas superado un paso más o menos complicado, sus colegas ven su piragua vacía. Rápidamente se vuelven a buscarlo y comunican el suceso.

Unas cuantas horas después localizan y consiguen sacar el cuerpo del infortunado deportista de 56 años; la cosa no debió ser fácil, puesto que la zona era enrevesada de verdad, a pesar de lo cual sus camaradas piragüistas trabajaron en primera fila hasta conseguir rescatar su cadáver.

Al parecer, por algún motivo volcó, algo le impidió hacer ‘esquimotaje’ (o sea, recuperar la posición tras un vuelco y sin salirse de la embarcación), y a causa de cualquier elemento del río quedó enganchado y no pudo salir; tal vez se golpeó (aunque llevaba casco y chaleco), pero lo que es seguro es que algo le imposibilitó emerger (un sifón, un remolino). Y allí quedó, en aquel río que, como la montaña, de vez en cuando se queda con alguien. Esta vez le tocó a él. ¿Qué se puede hacer contra la fatalidad?

Quienes compartimos con él infinitas horas de entrenamientos y de furgoneta, quienes tuvimos la suerte de vivir con Agustín múltiples correrías (¿te acuerdas de aquella de los corderos Pato?) Quienes hicimos a su lado tantos kilómetros por esos ríos de España, tendremos siempre en mente su sonrisa socarrona y sus chanzas, y recordaremos cómo literalmente volaba sobre los rizos rabiosos de las aguas más bravas.

Esté donde esté seguro que ya ha encontrado un caudal de agua y ya se habrá procurado pala y piragua.

¡Hasta siempre piragüista!