Epílogo de gloria para Carolina
La leonesa cierra su participación en Kiev con el undécimo puesto en la final del concurso general en la que se luce en pelota, mazas y. cinta. Sólo una penalización en aro le impide un resultado de mayor . lustre.
Carolina, en el ejercicio de cinta con el que ha logrado su mejor resultado en un Mundial.
Carolina Rodríguez firmaba una nueva gesta deportiva el jueves con su pase a la final en el ejercicio de cinta. Pero a la leonesa aún le quedaba otro as en la manga para despedir su actuación en el Mundial como ella es capaz, con otra actuación sobresaliente, esta vez en la final del concurso general en la que frente a las reinas de este deporte como las rusas Kudryatseva y Mamun, las ucranianas Rizatdinova y Maksymenko o la bielorrusa Staniouta la discípula de Ruth Fernández no sólo aplicaba su visión estética y preciosista sobre ante los ejercicios encorsetados de sus adversarias, también firmaba puntuaciones cercanas al podio, especialmente en pelota donde sus 17,500 puntos le otorgaban uno de los mejores registros.
El podio era una terea complicada. Carolina era consciente de ello pero para una campeona capaz de resistir con éxito en paso de los años que a otras gimnastas obliga a bajar del tren de una élite en la que la leonesa se desenvuelve a las mil maravillas. Y con el excelente sabor de boca que le reportaron los dos días precedentes la campeona de España saltaba al tapiz del Palacio de Deportes de Kiev para demostrar su clase. La primera puesta en escena era con las mazas, el ejercicio con el que estuvo muy cerca de acceder a la final por aparatos. Sus 16,966 puntos (8,300 en dificultad y 8,666 en ejecución) le permitían completar la primera rotación en la novena posición.
Cinta, otro de los ejercicios en los que Carolina luce su mejor versión, le permitía con 16,683 puntos mantener su estatus a la espera de que en las dos rotaciones siguientes la valoración de las jueces le permitiera acercarse a puestos incluso más elevados.
Aro fue el ejercicio en el que la leonesa se desenvolvió peor. Dos pequeños fallos en la ejecución le llevaron a completar el ejercicio con 15,633 puntos y con ello a despedirse de un lugar entre las seis mejores. Pero la calidad y ambición de la discípula de Ruth Fernández convertía en el aparato de su despedida en el Mundial de Ucrania, la pelota, en otra demostración de talento y plasticidad que arrancaba incluso los aplausos del público. La ejecución reportaba nada menos que 17,500 puntos, la séptima mejor puntuación de todas las gimnastas presentes en la final A. Y con ello cerrar la presencia en Kiev con una brillante undécima posición.