Diario de León

Jesús Calleja aventurero leonés

«La última parte del desafío fue una pesadilla, llegué a temer por mi vida»

Jesús Calleja y su equipo reconocen que pasaron un «miedo espantoso» en el desafío de descender a las entrañas de la Tierra. «Son unos momentos en los que se te pasa todo por la cabeza. Ahora que estamos recogiendo el campamento te das cuenta del inmenso peligro que corrimos. Siempre que afrontas un reto de este nivel sabes el riesgo que conlleva», asegura.

El aventurero leonés Jesús Calleja asegura que volverá a intentar el desafío frustrado por las inclemencias meteorológicas.

El aventurero leonés Jesús Calleja asegura que volverá a intentar el desafío frustrado por las inclemencias meteorológicas.

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sara abades ruiz | león
León

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El viaje del leonés Jesús Calleja al centro de la Tierra llegó por fin a su final, después de pasar toda una odisea en un ‘desafío extremo’ por el Cáucaso. La intensa lluvia caída sobre la sima Krúbera-Voronya obligó a abortar el reto ideado por el aventurero leonés cuando se encontraban a 1.600 metros por debajo de la superficie. Calleja afirma que se tomará un descanso de veinte días antes de afrontar la próxima misión, aunque asegura que volverá a intentar el descenso al centro de la Tierra situado a una profundidad de 2.080 metros. «Nunca me he rendido ante ningún desafío. Tanto mi equipo como yo volveremos a intentarlo próximamente. Soy de León y muy tozudo», indica Calleja.

—¿Cómo describiría el reto del viaje al centro de la Tierra?

—Realmente lo pasamos fatal, porque las condiciones meteorológicas no nos acompañaron. Llegamos a pasar mucho miedo, porque el agua no nos dejaba emplearnos con destreza para conseguir el objetivo.

—¿Cuándo fue el peor momento del desafío?

—Cuando estábamos ya en el vivac 2 y nos quedaban 280 metros para conquistar el objetivo. Lo veíamos muy cerca, pero las adversas condiciones nos jugaron una mala pasada y nos vimos obligados a regresar, porque lo realmente importante era en ese momento mirar por nuestra seguridad y por nuestras vidas.

—¿Llegaron a temer por su vida?

—Son unos momentos en los que se te pasa todo por la cabeza. La última parte del desafío fue una pesadilla. Ahora que estamos recogiendo el campamento te das cuenta del inmenso peligro por el que pasamos. Siempre que afrontas un reto de este nivel sabes el riesgo que conlleva, pero en esta ocasión estábamos ante la sima más profunda del mundo y cuando estás abajo, con las condiciones más adversas llegas a pasar miedo e incluso temer por tu vida.

—¿Qué condiciones impidieron conquistar el objetivo?

—A parte de que la sima es la más profunda del mundo, a 2.080 metros de la superficie, tuvimos la contrariedad de soportar una gota fría en la zona que inundó las carreteras y paralizó el tráfico en el aeropuerto del lugar en el que nos encontrábamos. Dicha gota fría trajo consigo cien litros por metro cuadrado, que nos hizo imposible seguir bajando. Cien litros de agua encima de tu cabeza es un peligro y más si estás bajo tierra.

—¿Cómo pudieron soportar esa cantidad de agua dentro de la sima?

—Tratamos de buscar las gateras y huecos libres que nos dejaban descansar en habitáculos secos. Fue ahí donde logramos reponer fuerzas para volver a la superficie, porque las condiciones climatológicas se volvieron aún más adversas, con granizadas que nos entorpecieron aún más.

—¿Es el desafío más peligro que ha afrontado?

—Sí, tengo que decir que es el reto más peligroso al que me he enfrentado. Moralmente te machaca. De los diez días que ha durado, ocho estás buscándote la salvación. Vives con una angustia terrible. Ves que las gateras están inundadas y te preguntas como vas a salir de ahí, porque estás enterrado vivo. Fue realmente una experiencia que jamás olvidaré.

—¿Va a intentar otra vez este desafío?

—Cuando descansemos y pongamos otra vez la cabeza en orden seguro que nos los volveremos a plantear. Estoy seguro de que intentaremos conseguirlo cuando volvamos a repetirlo. Soy de León y muy tozudo.

—¿Cree que merece la pena volverlo a intentar?

—Esta es la vida que tengo. Sé que a veces vamos demasiado deprisa, pero me apasiona la aventura. Soy consciente del riesgo que supone todo esto, aunque es lo que me apasiona y voy a tirar siempre para adelante.

—¿Qué piensa cuando su vida corre máximo peligro?

—Ahí abajo te das cuenta del tremendo riesgo que corres. Se te pasa todo por la cabeza. Cuando lo vives en primera persona te das cuenta de la situación tan cruel por la que atraviesas. En muchas ocasiones se nos olvidan las cosas importantes de la vida y lo que realmente importa. Te das cuenta de lo importante que es pasar un rato tranquilo con los seres queridos, pero de eso sólo te acuerdas cuando te ves ahí abajo enterrado vivo. Todas estas experiencias me sirven de aprendizaje.

—¿Cuánto tiempo se va a tomar de descanso para emprender otro reto?

—En veinte días estaré listo para afrontar otro ‘desafío extremo’. Necesito poner en orden mi cabeza después de la experiencia vivida.

—¿Cuál será el reto?

—Valoramos varias opciones. Tengo en mente algún reto de máximo riesgo en mente. Entre todos los que conformamos el equipo lo decidiremos.

—¿Dónde piensa descansar después de esta experiencia?

—Pienso estar en León el fin de semana. En León es donde estoy super agusto y donde me relajo. León es mi campamento base. Es donde entreno para estar lo mejor preparado posible para afrontar los desafíos.

—De los mensajes de apoyo que ha recibido, ¿con cuál se queda?

—Todavía no he tenido tiempo de mirar todos los que he recibido, pero estoy super agradecido a todos los que nos han animado durante este reto que nos ha tenido bajo tierra durante los últimos diez días. Muchas gracias a todos por respaldarnos en todo momento.

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