Lorenzo no tira la toalla
El mallorquín aprovecha las mejoras de su Yamaha para imponerse en Misano y recorta cinco puntos su desventaja respecto a Marc Márquez, segundo en el trazado italiano. Pedrosa completa el podio.
Jorge Lorenzo aprovechó el último circuito ‘no Honda’ de lo que queda de Mundial para recortarle cinco puntos a Márquez en una vibrante lucha que a medida que avanzan las fechas va tornándose en un mano a mano lejos del alcance de Pedrosa. Si satisfactorio fue el GP de Misano de MotoGP para el actual campeón, Dani lo abandonó cabizbajo, habiendo entregado todo y pese a ello saliendo derrotado contra su compañero de garaje.
Un podio sí, el número ochenta de su carrera, pero con la sensación de que su crédito se acaba en la misma proporción con la que Marc recibe elogios. La prueba de San Marino sirvió para demostrar muchas de las evidencias que va arrojando la temporada. La primera de ellas pide paso a gritos: cuando las motos se igualan, Lorenzo sigue siendo la referencia.
La muestra, de nuevo, la tenemos que hallar no en su sobresaliente rendimiento, sino en los quince segundos que le metió en línea de meta a Rossi, cuarto. ‘Il Dottore’ corría en casa, con una leyenda en el casco en memoria de Simoncelli y partiendo desde la primera fila. Su moral estaba por las nubes e iba a aprovechar cualquier oportunidad para brindarle a su amigo el homenaje que siempre se merece. Sin embargo, cuando Valentino se quiso dar cuentaLorenzo ya no estaba allí y además se le había colado Aleix Espargaró aprovechándose de una salida antes de tiempo que fue sancionada. Rebasó a la CRT y se fue a por las HRC, algo que solo consiguió cuando Márquez frenó tarde en una frenada y tuvo que irse largo.
‘Il Dottore’ no puede
Rossi no está ya en su plenitud, pero quince segundos solo se explican devolviendo la mirada a un Lorenzo que por primera vez consiguió escaparse y realizó un Gran Premio perfecto, inmaculado, soberbio. Tras él se comenzaba a librar una guerra civil. Márquez, tras emplazar a Rossi en su cruda realidad, se fue a por Pedrosa, desencadenando la parte más emocionante de día. Marc llegó, vio un hueco y tiró la moto. Un hachazo que habría parecido irrespetuoso de no ser porque pocos cuestionan quién tiene ya el mando del futuro de la escudería. Dani supo que ese tenía que ser su momento, un golpe de efecto inesperado, decirle a su compañero que él seguía allí y que aún tiene ambición para ponerle en aprietos.
Se armó de valor y adelantó al ‘93’. Márquez, que no conoce el miedo ni los galones, encajó el golpe como los buenos fajadores, se volvió a meter en la distancia y le tiró un nuevo derrote a su compañero, que esta vez acusó el golpe para siempre. Pedrosa ha optado esta temporada por el camino de la regularidad, y está consiguiendo eso, que le salga regular. Márquez, de nuevo, sonrió al término de la prueba, con esa cara mezcla de satisfacción por el deber cumplido y de disfrutar encima de la moto.
Con Misano se acaban los circuitos que no favorecen a Honda, y el final del campeonato parece hecho a medida de los ingenios alados. Yamaha ha dado un paso adelante con el cambio ‘seamless’, que permite variar de marcha al mismo ritmo que las HRC. No es una ventaja, sino una de las desventajas que han podido paliar tras muchos meses de incertidumbre y por la presión de los pilotos. Si será suficiente o no para que Lorenzo pueda competir lo dirá el tiempo.