Víctor Alonso extremo del ademar
«Los nuevos ya tenemos el espíritu Ademar»
«Este equipo tiene que ser siempre fiel a su identidad: la garra y la lucha». Este verano llegó al Ademar de «rebote» por la desaparición del Atlético. Pero a pesar de su juventud —23 años— viene con galones y ya ejerce: en el partido inaugural de la liga ocho dianas llevaron su firma.
Sin duda su fichaje por el Ademar fue la sorpresa del verano. Víctor Alonso, versátil extremo que se no desenvuelve nada mal como lateral, había sido presentado a finales de junio por el Atlético de Madrid. Unos días después el club rojiblanco desaparecía y el jugador volvía al mercado. El equipo leonés supo pescar mejor que nadie en aguas revueltas y lo captó para la causa.
«La verdad es que te quedas en fuera de juego», recuerda Alonso aquellos días de confusión. «Me presenté oficialmente con el Atlético y a los tres días el club desaparecía». Con todo reconoce que tuvo incluso suerte. «Jota Hombrados y Edu Fernández hablaron conmigo y me dijeron que no cogiese piso todavía que había cosas raras. Les hice caso y no perdí la fianza que tendría que haber depositado y me ahorré el gasto de amueblarlo».
Tuvo ofertas de varios equipos españoles y de Francia. Los galos no le convencieron y las españolas, a excepción del Ademar, tampoco en exceso. «Sé que el Ademar hizo un gran esfuerzo por ficharme y yo estoy encantado de haber venido aquí».
En lo deportivo el nombre del Ademar se sigue respetando a pesar de la pérdida de crédito en que cayó el club la pasada campaña por las deudas y problemas económicos. Pero además cuando el nuevo entrenador Dani Gordo habló con él le aseguró que sería un jugador con galones a pesar de sus 23 años. «El rol que yo iba a tener en el Ademar fue determinante. Tenía muy claro que eso no me lo iban a dar en otros equipos», reconoce este asturiano de Gijón. El reto no le asusta. «Me han dado un papel importante en el equipo. Tengo mucha libertad en la pista y eso me da una gran confianza. El técnico le ha dicho que tire del carro y lo asume. «Eso es lo que había hablado con Dani Gordo cuando se rompió mi fichaje por el Atletico de Madrid y estoy encantado».
Pero no se olvida del concepto de grupo. «El balonmano es un deporte de equipo y lo cierto es que el colectivo está trabajando muy bien. Yo hice ocho goles al Sagunto pero se trabajó muy bien en defensa y Matej Asanin hizo un buen papel en la portería. Eso nos permitió jugar a la contra y yo lo aproveché», reconoce.
Cuando se inició en el balonmano lo hizo como lateral. Y además zurdo. Su físico, sin embargo, le ha ido desplazando al extremo derecho. Es polivalente y así se siente él también. «Puedo jugar de extremo o de lateral, incluso como central en situaciones de inferioridad», explica. Es un jugador con un físico poderoso aunque no aparenta lo que pesa. «Mido 1,88 y peso 81 kilos. La verdad es que peso poco y la gente siempre me lo dice; no sé porqué peso tan poco».
Como todo el equipo tiene fe en que se puede hacer un buen campeonato. «Todos tenemos mucha fe en las posibilidades de este Ademar. Nos lo inculca el entrenador Dani Gordo que a su vez lo vivió siempre con Manolo Cadenas. El Ademar es el Ademar y siempre tiene que ser fiel a su espíritu: la lucha y la garra. Todos los nuevos ya hemos cogido esa filosofía desde el principio. La clave es la fe, la garra y que cada jugador se entregue al cien por cien en cada partido».
Como todos en el grupo rehúye los horizontes lejanos. «Aún es muy pronto para hablar de retos porque hay que saber como está la liga este año. Hay muchas incógnitas. El Gijón ganó al Guadalajara cuando este último tiene un equipo mucho mejor. Parece que se van a dar muchas sorpresas».
En todo caso concede que el Ademar debe pelear por estar entre los cinco mejores equipos de la liga. «Estamos trabajando muy duro para estar ahí y con la mentalidad de que si podemos ser quintos mejor que sextos».