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Caballero evita el paseo del Madrid

La mejor versión blanca en la Liga brilla ante un Málaga que estuvo vivo hasta que Cristiano ejecutó un discutido penalti sobre Bale en el 91.

Willy Caballero ataja un lanzamiento de Cristiano. El portero fue un muro para el Madrid.

Publicado por
Ignacio Tylko | Madrid
León

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Con frecuencia, el fútbol deriva en un contrasentido enfrentado a las leyes de la lógica y el sentido común. Resulta que el mejor Madrid de la temporada no abrochó el triunfo (2-0) ante el Málaga hasta el descuento, cuando Cristiano transformó un inexistente penalti de Weligton sobre el reaparecido Bale. Hasta ese momento, cuando el galés se cayó trastabillado, los de Schuster debían haber sido goleados pero todavía soñaban con poder sorprender e igualar el solitario gol de Di María en el arranque de la segunda mitad.

Cristiano pidió perdón cuando acertó desde el punto fatídico porque antes había errado un sinfín de remates francos que una y otra vez desvió, inspiradísimo, Willy Caballero. Los de Ancelotti, parsimoniosos y previsibles en anteriores compromisos, se desplegaron esta vez con inusitada rapidez. Circulación fluida de balón, amplitud en el juego, profundidad por las bandas y dinamismo con Morata de titular. Al delantero canterano solo le faltó el gol para completar una gran tarde. Generó espacios, tocó de espaldas, entró al remate y se prodigó en la recuperación de balones. Esfuerzos que no caracterizan precisamente a Karim.

Frente al típico equipo de Schuster que juega y deja jugar, el Madrid interpretó bien el guión. Para partidos de esta guisa, mucho mejor utilizar laterales ofensivos, como Carvajal y Marcelo, que defensas al uso tipo Arbeloa. Sobre todo cuando el Madrid ejerce de local. Illara atinó en la salida del balón a uno o dos toques máximo y Khedira se prodigó en todas las facetas. El más flojo fue Isco, que arrancó el curso aliado con el gol pero en los últimos partidos ha decrecido.

Fuera de juego

Además de errar en el remate, lo único que hizo mal el Madrid fue caer en la trampa del fuera de juego. Fresco, chisposo, móvil y con aspecto de estar rehabilitado, el Madrid apenas regaló en defensa y dispuso de ocasiones más que suficientes para resolver ya en el primer acto.

El merecido gol llegó en el primer minuto de la segunda parte. Fue una jugada tonta. Centro a pierna cambiada de Di María que no llega a cabecear Cristiano y que se le envenena a Willy. Lejos de venirse abajo, el portero reanudó su recital de paradas. Por arriba, por abajo, a una mano, a dos y con ese pie que desvió un remate a bocajarro de Cristiano. Entraron Modric, Jesé y Bale, pero el duelo no se cerró hasta que Cristiano Ronaldo marcaba de penalti en el 91.

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