El Ademar pasa el rodillo

El Reale Ademar más imberbe de los últimos años superó sin concesiones a un Guadalajara mucho más rodado, pero incapaz de aguantar el ritmo frenético impuesto por los leoneses durante los sesenta minutos, especialmente en la segunda parte, en la que el vendaval marista arrolló al conjunto alcarreño (34-29), que dio muchas facilidades en defensa.

El recital de Matej Asanin en el segundo acto —en su primera comparecencia pasó desapercibido— y el desparpajo ofensivo de Víctor Alonso, Carrillo, Dacevic y Tatarintsev dieron al conjunto entrenado por Dani Gordo la primera victoria de la temporada en casa, después de perecer contra el Naturhouse y cosechar sendos empates frente a Cuenca y Huesca.

Esta vez sí, los jugadores maristas supieron leer a la perfección el encuentro para poner tierra de por medio a partir del paso por los vestuarios, cuando el marcador concedía un empate a 18 que invitaba a pensar en otro desenlace no acto para cardíacos.

Pero la salida arrolladora del Ademar tras el descanso, con un parcial de 5-1 en los primeros siete minutos, y la efectividad del meta balcánico, protegido por una defensa mucho más agresiva, lanzaron al equipo marista hacia un triunfo balsámico que, como explicó el técnico en sala de prensa, premia el «excelente trabajo» del grupo, que supo recomponerse del mal inicio para desplegar todo su potencial en el momento justo, cuando el cansancio hacia mella en el Guadalajara.

Los de Mateo Garralda saltaron al parqué del Palacio mucho más enchufados y dominaron todas las facetas del juego en los primeros compases, con Da Silva y Víctor Vigo como estiletes en ataque.

El conjunto leonés fue a remolque hasta el minuto 20. Carrillo culminó una contra de manual para igualar el partido (14-14). Y siete minutos después, el canterano, tras encadenar dos acciones de gol, puso al Ademar por primera vez uno arriba (16-15). Mateo Garralda solicitó a la mesa un tiempo muerto para frenar la reacción marista, pero Carrillo, muy entonado, y Dacevic, con un ‘zambombazo’ desde nueve metros, llevaron al marcador un 18-16, que, finalmente, enjugó Víctor Vigo al filo del descanso.

Después llegó la tormenta perfecta. El equipo local se aprovechó del cansancio del Guadalajara, con menos rotaciones que el Ademar, y firmó un arranque enorme para castigar al rival con ese parcial de 5-1. Dani Gordo optó por poner a Víctor Alonso de avanzado, que bloqueó, con un despliegue físico imponente, la zona de creación del conjunto alcarreño, que sólo fue capaz de perforar la portería leonesa en once ocasiones durante los segundos treinta minutos.

Asanin, que prácticamente no tocó la pelota en la primera parte —Rogelio Llamazares se resintió de su lesión— echó el cierre a su portería para que el Ademar mantuviera esa distancia de tres y cuatro goles que había cogido desde el arranque de este segundo acto. El equipo visitante claudicaba ante la intensidad del juego marista, que a pesar de sufrir dos exclusiones en los primeros once minutos mantuvo las diferencias y sólo perdió, por la mínima, uno de esos dos parciales que jugó en inferioridad. Hay que destacar también el trabajo de Gonzalo Carou para incrustar en seis metros a Pozzer y Valadao, dando así muchas facilidades a los laterales para que encontraran lanzamientos fáciles.

Además, Jorge García Vega volvió a demostrar que aún guarda muchos quilates en sus manos. Salió por primera vez en el minuto 12 de la primera parte y movió al equipo a su antojo. Todos los jugadores mejoran con él en la pista, incluido Juan Castro, que volvió a brillar en ataque. La actuación coral terminó con el debut en Asobal del joven portero Iván Méndez, que cogió el testigo de un Matej Asanin enorme, despedido entre aplausos por la grada. Una vez más la afición leonesa respondió a la llamada del equipo y apretó sin concesiones para, después de sesenta minutos, celebrar por todo lo alto la primera victoria del curso en el Palacio.