tercera división
El Astorga fue un vendaval (1-4)
El equipo maragato terminó exhibiéndose en tierras palentinas frente al Becerril.
El Atlético Astorga logró un triunfo más que merecido (1-4) ante el Becerril. A pesar de llegar con empate al descanso, el conjunto maragato se puso las pilas y pasó como un rodillo por el terreno de juego tras la reanudación, exhibiéndose por momentos.
De salida, los visitantes ya intentaron llevar la iniciativa y las primera llegadas fueron para estos, sin mayor peligro. La respuesta local llegaría en el minuto 19 cuando Blanco recibo un balón en el área, se la levantó y tocó de cabeza en un remate algo forzado, tras lo que un defensor maragato se hizo con el cuero. En el minuto 21, merced a un saque de esquina, Blanco recogió el rechace, disparó y sacó el meta Javi ya a bocajarro. Serían los prolegómenos del primer gol de la tarde.
En el ecuador del primer tiempo, un centro desde banda izquierda lo captura Ivi Vales, y sin dejar caer el esférico remata y logra el 0-1. Dos minutos después, el defensa local Dani perdió el cuero de forma tonta y tras un centro desde la banda Diego cabeceó fuerte, obligando a Sevi a detener. Aunque estaba mejor el equipo maragato, un empujón dentro del área a Crespo realizado por Víctor fue señalado como penalti y la pena máxima, lanzada por Melero, derivó en el 1-1. Con este resultado se llegó al descanso.
Tras la reanudación un titular: repaso total del Atlético Astorga al Becerril. Roberto Puente, a los diez minutos de la reanudación, se fue por velocidad de los dos centrales, pisó área y remató cruzado para conseguir el 1-2. Solo un minuto más tarde, de nuevo Roberto Puente enviaba a Bandera pero este le correspondió con un remate que se fue fuera por poco. Así, en el minuto 70, una jugada personal de Diego con varios recortes la finalizó el hábil jugador con su pierna derecha, consiguiendo un nuevo tanto, el 1-3, que parecía casi definitivo. Lo era.
A un cuarto para el final, el mejor del partido, Roberto Puente, pegó un latigazo desde la frontal pero el cuero se fue fuera. Querían más los maragatos ante un conjunto palentino completamente desbordado, perdido sobre su estadio. Y como el ansia no cesaba, a cuatro minutos para el final, Bandera remató un saque de esquina con la cabeza y, tras caer en el segundo palo el rechace, Rubén no desaprovechó la ocasión para convertir el 1-4.